Joan Tardá advierte a ERC que no quiere volver al Congreso de los Diputados
Lleva desde 2015 preparando su salida de la primera línea política. La dirección de los republicanos tiene dos semanas para intentar que cambie de opinión
De declarar como testigo en el Supremo por el 1-O a subirse a la tribuna del Congreso en apenas unos minutos. Así fue la mañana de ayer miércoles para Joan Tardá, quien confesó en el hemiciclo que había llegado a la Cámara “con la lengua fuera”. Todo un maratón que, tal y como confiesa el de ERC, ha podido suponer el cierre a 15 años como diputado.
Según ha podido confirmar Confidencial Digital, el portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso ha trasladado a la dirección de su partido que su intención es no volver a presentarse como candidato en las próximas elecciones generales del 28 de abril.
Tardá, afirman desde su entorno más próximo, ya estuvo muy cerca de abandonar la política hace tres años. Antes de las generales del 20 de diciembre de 2015, ya manifestó su intención de dar un paso atrás, algo que en lo que volvió a insistir en la repetición electoral del 26 de junio. Sin embargo, en aquella ocasión, “conseguimos hacerle cambiar de opinión”.
ERC tiene 15 días para convencerlo
La situación, explican las fuentes consultadas, se ha repetido ahora, después de que Pedro Sánchez anunciase elecciones generales el 28 de abril.
Ahora Joan Tardá ya ha transmitido a la dirección de Esquerra que, tal y como afirmó hace casi cuatro años, su intención es no volver al Congreso de los Diputados una vez que se disuelvan las Cortes y se dé por concluida la presente legislatura.
La decisión del portavoz republicano, en esta ocasión, parece “inamovible”. De hecho, él mismo ya lo ha trasladado en diferentes ámbitos periodísticos. Sin embargo, en la ejecutiva de ERC van a hacer un último esfuerzo.
Desde la dirección de los republicanos explican a ECD que, en la semana del lunes 11 de marzo, el partido celebrará un “Consell Nacional” para designar los candidatos a generales, europeas y municipales. Y, hasta entonces, “habrá conversaciones” con Tardá para hacerle cambiar de opinión. Una opción que se antoja “complicada” pero no “imposible”.
