Javier Fumero

La hipocresía que uno no entiende

Congreso de los Diputados
Congreso de los Diputados

¿Lo entienden? Hay pactos y pactos. Hay acuerdos que justifican mancharse las manos y otros que son lo peor de lo peor. Los primeros son los que yo defiendo. El segundo criterio se lo aplico a la oposición. Yo puedo pastelear con imputados e indecentes (elegidos democráticamente, claro) pero los demás deben alejarse pudorosamente de los impresentables.

Esta hipocresía es la que uno no entiende. Les voy a poner un ejemplo de mi tierra, las Islas Canarias.

El PSOE acaba de pactar allí con Podemos, Nueva Canarias y la Asociación Socialista Gomera que lidera el inigualable Casimiro Curbelo. Con este acuerdo le arrebata la presidencia a Coalición Canaria, que llevaba 26 años gobernando el Archipiélago.

Vaya por delante que me encanta la alternancia y respeto los pactos. Vamos hacia eso: a acuerdos entre distintos, a tender puentes priorizando puntos en común y no tanto las diferencias. Es útil y beneficiará a los ciudadanos. Es cierto que necesitamos (vuelvo a decirlo) políticos a la altura pero se hace camino al andar.

Lo que me parece insoportable es que quienes se escandalizan porque otros partidos se atrevan a pactar, por ejemplo, con Vox, no tengan inconveniente en llegar al poder con el apoyo de un señor como Casimiro Curbelo. Hagan memoria: recordarán quién es este señor.

Se trata de un cacique local que se hizo fuerte en la isla de La Gomera y durante cuarenta años ha sido votado unánimemente por sus habitantes. Me parece perfecto. Se ve que a ellos les arrienda la ganancia.

Lo que no está tan bien es el pasado de este político, que se hizo famoso en 2011 cuando, siendo militante del PSOE, dio muestras de su catadura moral al protagonizar un incidente en Madrid en una sauna de la ciudad. Sauna, he dicho sauna.

Según el atestado policial, Curbelo fue expulsado del local junto a su hijo y un amigo de este por comportarse “de forma inapropiada”. A la salida, intentó que tres policías intervinieran a su favor alegando su condición de político. Cuando estos se negaron, se enfrentó a ellos y agredió a uno. Tela.

El político fue detenido y el PSOE calificó el incidente como algo “vergonzoso”. Aunque Curbelo siempre negó los hechos, varios años después aceptó una condena y se avino además al pago de una multa. El escándalo le costó su acta de senador pero siguió militando en el PSOE.

 

Pero las cosas no fueron a mejor. En el año 2015 el PSOE forzó su expulsión del partido cuando su nombre apareció vinculado a un caso de corrupción por un patrimonio estimado en 2,2 millones de euros. El caso no llegó a nada pero los socialistas no dieron marcha atrás: Curbelo no fue readmitido y fundó su propio partido.

Ahora, cuatro años después, el PSOE de Pedro Sánchez ha hecho de tripas corazón y no ha tenido inconveniente en aceptar los tres votos de su Asociación Socialista Gomera para pillar cacho.

Qué quieren que les diga. Me parece  bastante ilustrativo sobre el doble rasero del que hablaba antes.

Más en twitter: @javierfumero

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