Los indepes van a convertir el Congreso en un show
Mañana, martes, se constituye el nuevo Congreso de los Diputados, salido de las elecciones generales del 28 de abril. Y van a convertir la Cámara en escenario de un show. Lamentablemente.
Como ha adelantado ECD, los 42 diputados de Podemos van a intentar contrarrestar a sus principales rivales, los parlamentarios de Vox, aprovechando la jura o promesa del escaño para lanzar públicamente mensajes antifascistas, ecologistas y feministas.
Dan por supuesto que los representantes de Vox van a repetir lo que han aplicado ya en los parlamentos andaluz y valenciano, donde, a la hora, del juramento, exclamaron: “Juro por Dios y por España”. Y los chicos de Pablo Iglesias se han propuesto responderles.
Ya teníamos antecedentes, con los parlamentarios de Bildu, por ejemplo. Casi lo habían “normalizado”, en ocasiones anteriores, los de Podemos en solitario, y ahora se encuentran con la réplica desde el otro. Réplica y contrarréplica, en lenguaje parlamentario. O sea, un guirigay, en lenguaje común.
Sin embargo, cuando digo que se va a convertir el Congreso de los Diputados en un show, me quiero referir sobre todo a algo más, incluso más serio, que me malicio va a ocurrir en el Pleno de constitución y toma de posesión de los escaños.
Porque resulta que a la sesión van a asistir, con permiso del Tribunal Supremo, los cuatro independentistas procesados por el 1-0 y en prisión: Oriol Junqueras, Josep Rull, Jordi Turull y Jordi Sánchez. Los cuatro.
Habrá ya espectáculo con su mera presencia, dada la expectación suscitada por la novedad de esa salida de la cárcel para tomar posesión de sus escaños.
Pero, además, tengo la convicción de que todos ellos intentarán aprovechar el momento solemne de mostrar el acatamiento de la Constitución (la que ellos trataron de conculcar con la intentona secesionista), adornando el “sí juro” o “sí prometo” con proclamas y añadidos independentistas.
No creo que dejen pasar la oportunidad. Habrá cámaras de televisión y fotógrafos, emisoras de radio en directo, decenas de periodistas acreditados, así que se lo han puesto como a Fernando VII. Lamentablemente.
Lo dicho, un show. Casi a la altura de Eurovisión.
