El magistrado César Tolosa se posiciona como favorito para presidir la Sala Tercera del Supremo

El juez del Alto Tribunal se juega la plaza con Pilar Teso y Eduardo Calvo

Tolosa

Este martes “tres pesos pesados” de la magistratura, como los propios miembros del Consejo General del Poder Judicial los llaman, han expuesto su currículum para presidir la Sala Tercera del Tribunal Supremo. En unas comparecencias muy largas -de más de una hora cada una- el magistrado César Tolosa ha despuntado como el favorito, según las fuentes consultadas por Confidencial Digital. 

La retransmisión era por primera vez abierta al público y emitida en streaming a través de la web del Poder Judicial, en un ejercicio extra de transparencia que Carlos Lesmes, presidente del Supremo y del CGPJ, ha querido mostrar para la nueva tanda de nombramientos. 

“Si yo tuviera que hacer una campaña electoral y hacer un eslogan de cuál es mi propuesta, diría que hay que incidir mucho en que estamos en una Sala y no estamos, por desgracia como algunas veces pasa, ante una suma o conjunto de secciones absolutamente independientes unas de otras”, ha dicho el magistrado César Tolosa en su intervención. La Sala de lo Contencioso-Administrativo es la más grande del Alto Tribunal con seis secciones más una de Competencia única y la que componen mayor número de magistrados. 

Tolosa ha encontrado “el tono” en el que dirigirse y hacer una comparecencia que, según los miembros del CGPJ, ha sido la más destacada. Ingresó en la carrera judicial en 1982, fue presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria desde 2004 hasta 2014 que se trasladó al Tribunal Supremo. Como los otros miembros, este lunes han expuesto su currículum primero, luego una selección de sentencias destacadas de su carrera y, por último, han presentado sus propuestas para liderar la Sala. 

Los miembros del Consejo General del Poder Judicial buscan a un juez con autoridad y presencia, después de que la experiencia con la presidencia de Luis María Díez-Picazo no haya sido del todo satisfactoria. Díez-Picazo, que no quiso presentarse a la reelección, estuvo muy expuesto públicamente cuando en 2018 el Pleno decidió -con su voto favorable- que era el cliente el que debía pagar el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD), en contra de lo que ya decían sentencias de esa misma Sala. El falló acabó con la intervención del Gobierno para la regulación de este impuesto que afectaba a alrededor de 1,5 millones de hipotecados. 

En esta línea, Tolosa se ha mostrado preocupado por el incremento de asuntos que puedan derivarse del Covid como reclamaciones de responsabilidad patrimonial, problemas de revisión de precios o de requisas que se hayan llevado a cabo por parte del Gobierno durante el confinamiento. Para todo ello es necesario unificar criterio, ha subrayado el magistrado, que ha dado con la tecla de lo que parte del Consejo está buscando. 

No obstante, fuentes del CGPJ, indican que todavía hay mucho que debatir porque los otros dos candidatos también son grandes juristas. Pilar Teso, que en su momento se disputó la presidencia del Supremo contra Lesmes, lleva más de 30 años en la jurisdicción de lo Contencioso-Administrativo y Eduardo Calvo es el magistrado con más recorrido en el Tribunal Supremo de los tres, con 15 años de experiencia. 

Una revisión de los tiempos de respuesta

El asunto de los recursos de casación ha sido mencionado por los tres magistrados, que creen que las respuestas se dilatan demasiado ante un panorama en el que cada vez el volumen de trabajo es mayor. 

“La curva es claramente ascendente y no vemos que haya un umbral de estabilización”, ha explicado Teso sobre la presentación de este tipo de recursos. Por eso, una de sus propuestas ha consistido en crear una sección más. “Si esta curva sigue ascendente, corremos el peligro de que se convierta en una bolsa, en un embudo de inadmisión y lo que puede suceder es que simplemente se tarde mucho en dar una respuesta”, ha expuesto la magistrada. 

 

Además, Teso ha explicado que le gustaría que los letrados tuvieran especialización en las materias en las que fueran a trabajar y que no fueran seleccionados de carreras en el ámbito penal o civil.

Por otro lado, Eduardo Calvo ha destacado como una virtud el hecho de que los magistrados tengan distintas procedencias. “Esta convivencia de magistrados para mí creo que es enriquecedora y beneficiosa para la Sala”. 

También han insistido mucho en los procesos de comunicación tanto interna como externa del alto tribunal. “La comunicación interpersonal a mi juicio es absolutamente necesaria porque permite una comunicación que es susceptible de destensar las situaciones que necesariamente son conflictivas a la hora de resolver asuntos de tanta trascendencia como la que nos ocupa en el Supremo”, ha explicado Tolosa.  

El consenso en la digitalización 

Cualquiera que sea el que presida la Sala tiene la intención de comenzar un amplio proceso de digitalización. 

El Supremo todavía no está preparado para poder tener, por ejemplo, vistas telemáticas. “Si antes presencialmente tardabas en esa deliberación dos horas, ahora tardamos tres y media. La imagen se congela, tardamos en vernos…”, decía Teso. 

“Lo que me parece capital, después de la experiencia del Estado de Alarma es lo de las nuevas tecnologías. Es un reto para todos nosotros y yo hablo desde el conocimiento que me da haber visto todas las medidas cautelarísimas que se declararon”, ha explicado la magistrada. 

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