Javier Fumero

El majadero de Dijsselbloem se olvidó de la siesta

Se lo leí a la periodista Cristina Pardo en Twitter, creo, nada más saltar la polémica por las declaraciones del presidente del Eurogrupo. “Es indignante que se olvide de la siesta”.

Jeroen Dijsselbloem concedió una entrevista al diario Frankfurter Allegemein Zeitung donde alabó a los países del norte de Europa (“han sido solidarios con los países afectados por la crisis del euro”) mientras arremetía contra los del sur, asegurando que se han gastado el dinero que les llegaba en “copas y mujeres”.

Se ha negado a pedir disculpas. Ha sido criticado hasta por el líder de los socialistas en la Eurocámara, su familia política. Ha habido protestas desde Italia y Portugal. Algunos países han pedido su dimisión.

Ha explicado que su problema es que tiene un estilo muy “directo” de hablar, “propio de la cultura calvinista, de la sinceridad holandesa”.

Las palabras del holandés son un despropósito completo. No parece muy oportuno que lidere la reunión de ministros económicos de Europa una persona que razona de esta forma, que en el fondo juzga la realidad con estereotipos y clichés simplistas.

¿O es que en Holanda no hay alcoholismo y prostitución? Yo he vivido allí algunos meses y cuando visitas Amsterdam casi te obligan a pasar por la calle más famosa de todas: la Warmoestraa del Barrio Rojo, que data de 1200, arranca cerca de la Estación Central y donde las mujeres se exhiben en vitrinas. Todo muy socialdemócrata… y machista.

El momento en el que surge esta polémica también es sorprendente. Con la ola de populismo en plena ebullición y con las serias dudas sobre el futuro de Europa que ha alentado el Brexit, es lo que faltaba a Bruselas.

El majadero de Dijsselbloem es gasolina para las chispas de tantos ciudadanos que comienzan a pensar que nada nos une a estos señores prepotentes, superficiales y maleducados.

Más en twitter: @javierfumero

 
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