José Apezarena

Qué es "marcarse un Ada Colau"

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, viene mostrando una singular habilidad para nadar y guardar la ropa, para afirmar una cosa y poco después la contraria, para prometer y desdecirse. Y eso sin que, por el momento, tal actitud le esté pasando demasiada factura. Suerte que tiene.

Colau procura ponerse de perfil cuando se plantean cuestiones espinosas y complicadas. Como hizo en vísperas del referéndum independentista. Tras pronunciarse a favor de que se pudiera votar, y ante la prohibición judicial de facilitar locales para ello, la alcaldesa no "abrió" los locales municipales. Lo que hizo fue "no cerrarlos" la víspera. Con ese truco, técnicamente no incumplió la ley y se evitó problemas.

El domingo, ella voto ostentosamente, delante de cámaras y fotógrafos, pero mostrando una papeleta en blanco y diciendo que no tenía claro por qué opción pronunciarse. Nadar y guardar la ropa.

Resulta conocido que lo que más teme la alcaldesa es una inhabilitación, que le impediría volver a presentarse al cargo, o a presidir la Generalitat, o al Congreso de los Diputados, donde por lo visto ella tiene su meta. Quiere entrar en la política nacional, pero no de puntillas sino con todo el aparato posible.

En Podemos se malician que Ada Colau aspira a sustituir a Pablo Iglesias como líder (lideresa) de la izquierda.

Ocurre, sin embargo, que algunos empiezan a calar a la señora alcaldesa.

El martes se desarrolló en Cataluña una jornada de huelga, impulsada por sindicatos minoritarios con el apoyo de la Generalitat, la CUP, la ANC y demás entidades ultranacionalistas. A la movilización no se sumaron CCOO y UGT.

Habían participado en las conversaciones previas, defendieron el derecho de los trabajadores catalanes a protestar en la calle, pero a última hora se descolgaron alegando que los paros habían sido convocados “por políticos y no por trabajadores”.

El desplante de las dos grandes centrales enfadó sobremanera en la Generalitat, donde comentaron: “UGT y CCOO se han marcado un Ada Colau.

 

Y lo explicaron un poco más, poniendo como referencia los comportamientos de la alcaldesa: “Apoyar de palabra, pero luego no implicarse de verdad para no sufrir ningún desgaste”. Tal y como hizo Ada Colau el 1-O.

De gente así suele decirse que son personas que, cuando llueve, ellos no acaban mojados. Eluden las gotas.

Antes, a quienes practicaban tal sistema se les llamaba "Capitán Araña". Calificativo que identifica a quien embarca a los demás en la nave pero él se queda en tierra.

Por cierto que también se podría llamar "marcarse un Pablo Iglesias". Porque el líder de Podemos igualmente practica ese deporte.

Lo hizo, por ejemplo, a finales de septiembre. Promovió una manifestación en Madrid a favor del referéndum de Cataluña... pero al final él no asistió. Lo cual provocó críticas desde el sector anticapitalista de Podemos: "Pablo convoca y luego no viene". Como Ada Colau.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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