Javier Fumero

Lo más llamativo: el estómago de Pablo Iglesias

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firman el preacuerdo PSOE-Unidas Podemos.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firman el preacuerdo PSOE-Unidas Podemos.

Ya tenemos nuevo Gobierno y a mi lo que más me ha llamado la atención es la capacidad de tragar sapos y culebras por parte de Pablo Iglesias. Alguno me dirá que la ocasión lo merece: esa vicepresidencia de un Gobierno de España bien merece cualquier sacrificio. Pero el líder de Podemos no parecía de esos que venden su primogenitura por un plato de lentejas.

Fíjense bien en el elenco de renuncias (algunas realmente humillantes) a las que ha tenido que hacer frente en los últimos días:

1. Es vicepresidente, sí, pero es el cuarto y entre tres mujeres. Pedro Sánchez le ha colado al vice social esta imposición: no ha vetado su presencia en el Ejecutivo (como hizo en junio pasado) pero su estatus es finalmente diluido.

Va a ser uno más entre cuatro. Se le resta protagonismo. Y además, el movimiento se ha hecho a traición. En Podemos confirman que esto no se había hablado previamente. ¿Dos meses negociando y ni se ha citado esta posibilidad? No parece muy leal en un socio de gobierno, la verdad.

2. Pablo no liderará las políticas sociales. Podemos se ha hecho con un Ministerio de Igualdad, que ha sido para Irene Montero. Pero el PSOE ha movido ficha para no ceder protagonismo en este terreno: a) esas tres mujeres vicepresidentas mandan el mensaje más feminista; b) la competencia de Memoria histórica se la ha reservado Carmen Calvo; c) y las políticas ecologistas las liderarán los socialistas.

Hay un dato sobre este último punto especialmente llamativo. Pablo Iglesias estará al frente de la rimbombante Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. ¿Y cuál es el objetivo número 13 de esa agenda? “Acción por el clima”, un área dedicada a “Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos”. Todo eso, con Teresa Ribera liderando la vicepresidencia de Transición Ecológica, de rango ministerial. Parece que desminador de Rommel (PSOE) desactiva a bomba de Montgomery (Podemos).

3. Al socio de Gobierno se le quitan otras muchas competencias. Lo del Ministerio de Trabajo parece de broma y resulta raro pensar que Pablo Iglesias haya visto con buenos ojos lo que ha pasado. La cartera que asume Yolanda Díaz ha sido desposeída del 80% de su contenido.

Fíjense en el nombre que tenía hasta ahora el departamento: “Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social”. Pues ni Seguridad Social, ni Migraciones estarán ahora en manos de Podemos. Pedro Sánchez le ha dejado a Yolanda Díaz un área que se limita a la política laboral y de empleo. Punto.

4. Ni rastro de Pablo Echenique en el Gobierno. El nombre del líder de Podemos estuvo sobre la mesa en la negociación con el PSOE. Eso nadie lo discute. El propio interesado sometió su cuenta de Twitter a una sospechosa operación de ‘lifting’ hace un par de semanas, eliminando sus mensajes más polémicos, que eran impropios de un ministro en ciernes.

 

Pablo Iglesias también ha tenido que renunciar a que Podemos colocara en el Gobierno a esa pieza clave en su partido. Echenique será finalmente el portavoz de la formación morada en el Congreso.

Más en twitter: @javierfumero

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