La megafonía intentó provocar una ovación a Cristiano, pero los aplausos fueron para Casillas

La otra crónica del Real Madrid - Sevilla

Cristiano Ronaldo y Bale.
Cristiano Ronaldo y Bale.

El Real Madrid goleó en casa al Sevilla por 7-3 en un partido de locura. Cristiano Ronaldo hizo tres goles que dedicó al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, quien le imitase comparándole con un comandante. En los prolegómenos, la megafonía buscó una ovación para el luso, pero se la llevó Iker Casillas.

Fue el primer encuentro de los blancos ante su afición tras el Clásico del Camp Nou, el cual ganó el Barcelona por 2-1. El Santiago Bernabéu no tuvo dudas y señaló a su culpable de la derrota, Carlo Ancelotti, que fue recibido con una sonora y mayoritaria pitada al ser anunciado por megafonía.

Antes, el atípico horario hizo que el público tardase más de lo habitual en ocupar sus asientos. Desde la cabina de prensa, los periodistas comparaban el ambiente previo con los propios del Trofeo Bernabéu. "Es imposible que se llegue a 70 u 80.000 personas esta noche", decía alguno.

La primera noticia que corrió entre los aficionados más precoces fue la no convocatoria de Jesé, que tras su gol en el Camp Nou se quedaba en la grada. "Unos partidos antes el mejor fue Carvajal y Ancelotti lo dejó fuera, el otro día fue Jesé y hace lo mismo", se oía. "Los va rotando, es muy listo", comentaban otros.

El más criticado fue, precisamente, uno que no estaba y al que no se le esperaba. Que Özil regalase su camiseta a José Mourinho tras el Chelsea - Arsenal de la Copa de la Liga inglesa no fue entendido en las gradas del Bernabéu. "¡Ha vendido su personalidad!". Muchos recordaban cuando Sergio Ramos se enfundó la casaca del alemán hace un año, buscando homenajear a su colega y desafiando a Mourinho, con el que al parecer había tenido sus más y sus menos Özil.

La imitación de Cristiano Ronaldo por Joseph Blatter, presidente de la FIFA provocó la indignación del Real Madrid y del propio futbolista, en el que estuvieron puestas todas las miradas desde que saltó a calentar. Una pancarta alojada en el fondo norte sentenciaba: “Los balones de oro se compran, tu entrega y carisma, no. Gracias CR7”.

La propia megafonía del Santiago Bernabéu hizo algo insólito para buscar una ovación a Cristiano. Durante la presentación de los onces iniciales, el 'speaker' hizo una pausa de varios segundos tras leer el nombre del portugués. La afición respondió con aplausos, sin embargo, la mayor explosión de jubilo se produjo al anunciar entre los suplentes a Iker Casillas.

Durante el partido, no obstante, el Bernabéu coreó el nombre de Cristiano Ronaldo en el minuto 9, en el 17 y tras cada uno de los goles que logró el delantero portugués.

Bale, el más aclamado con el partido en juego

El futbolista galés, el traspaso más importante del Real Madrid en los últimos cuatro años, fue cuidado por el Bernabéu desde que arrancó el partido. Bale tardó 11 minutos en protagonizar su primera jugada, al realizar un cambio de juego desde la banda derecha a la izquierda. La ovación del público fue mayúscula.

 

Dos minutos más tarde, el extremo recibió un balón dentro del área a pase de Benzema. Con calma, controló y buscó la zurda con un disparo violento. Fue el primer gol de la noche y el estreno de Bale en el Santiago Bernabéu. “Se lo merece” fue lo más repetido.

El galés fue un ciclón durante los primeros minutos del partido, concentrando todo el juego ofensivo de su equipo en sus botas. Tuvo dos ocasiones que pusieron en pie al Bernabéu en los minutos 16 y 21, y en el 27 redondeó su fulgurante inicio convirtiendo una falta con cierta fortuna. “Que le pregunten a los del Marca por la hernia”, decía algún aficionado en tono jocoso.

Un penalti inesperado y pitos a Arbeloa

El Madrid mandaba en el marcador por 3 – 0, después de que Cristiano transformarse un duduso penalti sobre Isco en el minuto 32. El luso lo celebró con un saludo militar, respondiendo a Joseph Blatter, que lo comparó con un 'comandante'. Fueron los mejores minutos del equipo de Ancelotti, que a partir de ahí, entró en punto muerto.

Pocos minutos después, Diogo Figueiras disputó un balón con Marcelo en la banda derecha sevillista. El visitante se llevó el balón con la mano, entró en el área del Madrid y cayó tras un leve contacto con Sergio Ramos. Teixeira Vitienes, el colegiado, dejó seguir la jugada hasta que segundos después utilizó su silbato. En la cabina de prensa la opinión era unánime: “Le va a sacar amarilla por tirarse”. Pero pitó penalti. 3 – 1.

El Sevilla se creció con el gol y comenzó a asediar a un Madrid que creía resuelto el partido. Un error en el centro del campo de Arbeloa e Illarramendi provocó una rápida galopada por banda de Vitolo a la que el Madrid no supo responder. Bacca hizo el 3 – 2 y el Bernabéu la tomó con Álvaro Arbeloa, al que pitó en las jugadas posteriores al tanto sevillista.

El fondo sur buscó calmar los ánimos con cánticos a favor del defensa madridista, que cometió un nuevo error justo tras la reanudación del partido. En esta ocasión, Vitolo solo pudo disparar forzado desde fuera del área, lo cual no ocasionó problemas a Diego López. “La tenía que haber metido, con tanto cántico a Arbeloa...”, comentaba alguno en la cabina de prensa.

Ancelotti pidió calma a Cristiano

A pesar de ser el protagonista absoluto por sus tres goles, Cristiano se mostró más errático y nervioso que de costumbre. El portugués no acertaba a los pases, no lograba controlar con precisión los balones que recibía y no definía como suele hacerlo habitualmente. No obstante, como decían en la grada: “Está fatal y te hace tres goles, este tío es la leche”.

Ancelotti se dio cuenta del estado de ansiedad de su futbolista, quizás demasiado revolucionado por las palabras de Blatter. Cuando Benzema corría para abrazar a Zidane tras hacer el 4 – 2, el entrenador del Madrid aprovechó para dirigirse a Cristiano. Le pidió calma, le elogió con un gesto de aprobación y le pidió que buscase las bandas. El italiano repitió el procedimiento en varias ocasiones.

Cristiano acabó con la camiseta rota tras una jugada en la que fue agarrado dentro del área por hasta tres futbolistas del Sevilla. Sin tiempo para cambiársela, hizo el 5 – 2 a pase del mejor jugador de la noche, Gareth Bale.

Xabi Alonso, el retorno del rey

Casillas tuvo el honor de ser el más ovacionado por el público hasta que saltó al terreno de juego Xabi Alonso. El tolosarra sumaba 166 días sin jugar un partido oficial y los 70.000 espectadores del Santiago Bernabéu le recibieron en pie y coreando su nombre. Para entonces, el Sevilla había hecho el 5 – 3 tras un golazo de Rakitic.

Cristiano respondió en el minuto 71 haciendo su definitivo tercer gol y poniendo el 6 – 3 en el marcador. Sin embargo, no fue la última aparición del luso, al que le señalaron penalti por una entrada a Diogo Figueiras. Ronaldo llegó al choque acelerado, como una exalación, pero las repeticiones muestran que tocó el balón. Ancelotti sorprendió a todos mostrándose muy contrariado con el árbitro y su cuarto asistente. Este último le espetó: “Vete a tu sitio”.

Rakitic, que ya llevaba dos goles, lanzó la pena máxima por encima del larguero. “Esto podía haber sido el 6 – 4, qué locura de partido”, comentaban los periodistas. “Mourinho se tiraría de los pelos”, decían otros.

El partido murió con el séptimo y definitivo tanto del Madrid, un cabezazo de Karim Benzema a pase de Marcelo. El público dejó de centrarse en el encuentro y la tomó con diferentes objetivos. El fondo sur se acordó de Diego Costa, delantero del Atlético, y gritó: “No eres español”.

El fondo norte, en el cual también se sitúan los aficionados visitantes, cantó “mucho Betis”, en referencia al máximo rival del Sevilla, por si los siete goles no eran suficiente calvario.

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