Javier Fumero

No hay niños

Sí. Nos enfrentamos a un grave problema. El sur de Europa ha dejado de tener hijos. El frenazo ha sido constatado por un organismo austríaco, el Wittgenstein Center for Demography and Global Human Capital, al que cita The New York Times para abordar esta delicada cuestión.

Al ritmo que vamos, una quinta parte de las mujeres griegas, italianas y españolas no van a tener descendencia. Los datos son contundentes: entre 2000 y 2008 la tasa de natalidad en la ribera mediterránea subió de 1,24 a 1,47 hijos por mujer, pero en la actualidad no hay rastro de esas cifras. Italia, Portugal y Grecia han regresado al 1,3. Hay que tener en cuenta que el 2,1 es el índice medio establecido para mantener estables los niveles de población.

¿Las causas de este desplome? La dañina espiral en la que se encuentran estos países: escaso crecimiento económico, alto desempleo, trabajos precarios y sueldos bajos. Ante estas perspectivas, muchas parejas han decidido tener un solo hijo o no tener ninguno.

Por si esto fuera poco, cientos de miles de jóvenes se han marchado a Alemania, el Reino Unido y otros países del norte, en busca de un futuro laboral y mejores perspectivas. Es muy poco probable que regresen de aquí a unos años.

Ante esta situación, la pregunta es la inevitable: ¿quién va a sostener en el futuro nuestro sistema de pensiones? ¿cómo vamos a pagar el estado de bienestar que nos hemos dado: sanidad, educación, dependencia, servicios?

Creo que los Estados están tardando demasiado tiempo en afrontar en serio esta delicada cuestión.

Más en twitter: @javierfumero

 
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