José Apezarena

Órdago de Pedro Sánchez: "yo o el caos"

Pedro Sánchez vota en las elecciones generales del 28 de abril de 2019.
Pedro Sánchez vota en las elecciones generales del 28 de abril de 2019.

Se ha liado la manta a la cabeza y ha tirado por la calle de en medio. Y el que pueda que le siga, y el que no que se quede atrás.

Pedro Sánchez ya ha fijado la fecha para la sesión de investidura, y lo ha hecho sin tener asegurados ninguno de los votos, salvo los suyos propios.

Es lógico, porque en realidad no ha negociado nada. Ha hablado, sí. Ha escenificado también rondas de contactos en La Moncloa con unos y con otros. Pero todo ha sido palabrería vana y pérdida de tiempo. Porque no ha ofrecido nada concreto que le garantice los votos necesarios para ese Pleno del 22 de julio.

La negativa absoluta a que Podemos entre en el Consejo de Ministros tiene motivos de fondo. Pero no ha dado paso a una oferta clara y precisa sobre qué contrapartidas se muestra dispuesto a ofrecerles. Los de Pablo Iglesias están ciegos. No saben a qué atenerse.

Me consta que en la formación morada existe un malestar profundo, precisamente por la falta de contactos serios con Sánchez para cerrar de una vez por todas su apoyo a la investidura. Es más. Empieza a circular el rumor de que Pedro Sánchez les ha tomado el pelo.

En el caso de Ciudadanos, se ha contado en ECD que ha habido acercamientos ocultos a los críticos, apuntándoles la posibilidad de que en la pedrea les sobrevenga algún cargo, una vez constituido el nuevo Gobierno.

El objetivo es romper la unidad de criterio, concretada en el "no es no" de Albert Rivera a favorecer la investidura de Sánchez. Pero han sido solo maniobras sueltas, no hay ningún compromiso.

Así pues, el inquilino de La Moncloa ha apostado por el trágala. Basado en este elemental mensaje: si no queréis que tenga que volver a convocar elecciones generales, tendréis que apoyar mi investidura. Y que cada uno reciba el mensaje como le parezca bien. Como suele decirse, "al que Dios se la dé, San Pedro se la bendiga".

Lo han dejado muy claro los portavoces oficiales: esta vez no habrá segunda vuelta. Es decir, que, o Sánchez sale presidente ahora, o iremos a las urnas irremediablemente.

 

Lo curioso es que posiblemente le funcionará. Y que, por convicción, por oportunismo o por miedo, conseguirá votos suficientes para verse revestido presidente del Gobierno este mismo mes de julio.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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