AHORA. Pablo Iglesias "totalmente dispuesto a dialogar" con el prófugo Carles Puigdemont

Pablo Iglesias a preguntas del representante de los populares en la Comisión de Reconstrucción, se mostró "totalmente dispuesto a dialogar" con el prófugo Carles Puigdemont porque, dijo, "es el jefe de una formación política a la que votan muchos españoles". Fue en ese momento cuando aseguró que está abierto incluso a hablar con los representantes de Vox pese a que "parezca que van a dar un golpe de Estado".

El vicepresidente segundo dedicó la mayor parte de su intervención a culpar directamente a los populares, a los que se dirigió expresamente, para recordarles que "los recortes de más de 7.000 millones de euros" que "perpetraron" en la sanidad pública han tenido consecuencias directas en la gestión actual de la crisis, y les urgió a "reconocer" que esto "ha restado instrumentos a España para afrontar la pandemia".

A su juicio, el modelo productivo "de bajo valor añadido, basado en el pelotazo, nos ha debilitado como país", y "nos ha hecho depender de mercados terceros" a la hora de suministrar el material necesario que necesitaba la sanidad en esta crisis. Según él, los recortes del PP también han sido los culpables de la dramática situación que han vivido las residencias de ancianos. En este sentido apostó por "reconstruir la industria", incluyendo un plan de nacionalizaciones para garantizar el autoabastecimiento en caso de nuevas pandemias.

También hizo un canto a favor de" intervenir urgentemente en el mercado de la vivienda para asegurar que nunca más haya familias que no pueden acceder a ella" y abogó por "reconstruir los derechos laborales que quedaron arrasados con la reforma laboral" de 2012. En este sentido, recalcó que el Gobierno ya está "desmontando la reforma laboral con diálogo social" y piensa seguir haciéndolo.

El vicepresidente apostó finalmente por llevar a cabo una reforma fiscal "más democrática" que permita afrontar la reconstrucción. "A nadie le parece sensato que el 10% de la población acumule más riqueza que el 90% restante", dijo. En consecuencia, defendió un sistema más redistributivo que deje de lado para siempre "amnistías fiscales" como la que llevó a cabo el Partido Popular. Esto es, afirmó, "una cuestión de patriotismo".

En su receta para "pasar de las palabras a los hechos y ser patriotas de verdad y no sólo de pulsera" es imprescindible "una tasa de reconstrucción, un impuesto a las grandes fortunas para impulsar el país".

Pese a este alegato, en realidad una enmienda a la totalidad de la política del Gobierno de Rajoy, el vicepresidente segundo aseguró que su intención es "tender la mano" a todos para acometer la reconstrucción del país con una "política expansiva de gasto" y con "inversión pública". Para llevar esto a la práctica, recalcó, "el marco idóneo es la Constitución y sus artículos sociales como denominador común".

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