Pedro Sánchez empieza a revelar sus pactos secretos con ERC

Sesión de investidura en el Congreso el 7 de enero.
Sesión de investidura en el Congreso el 7 de enero.

El gobierno de Sánchez ha entrado en un camino de piedras y baches, y no sabemos cuándo saldrá de él.

Ya salen a relucir los pastos secretos entre Pedro Sánchez y ERC —mientras el delta del Ebro se inunda por la subida del nivel de mar del Golfo de León (hay que cambiarle nombre a este golfo de mar)—, que no quería revelar durante la investidura, a preguntas de la oposición de extrema derecha (siempre se pregunta algo molesto toda la derecha PP, VOX y CS se convierte automáticamente en extrema derecha), sus pactos secretos. Y este era el cajón del secreto: El de rebajar las penas por sedición (que la rebelión se descartó), como se descarta la piel de las patatas: de un corte de cuchillo judicial.

No son tiempos para que los sediciosos catalanes independentistas de «procés» se pudran en las cárceles, sobre todo el líder de ERC Junqueras. Y suerte que tienen que vivimos en un Estado social y democrático de Derecho, con la abolición de la pena de muerte porque si esto lo hacen  durante el absolutismo del Rey Fernando VII (1814-1833), hubieran sido ahorcados como los generales liberales Juan Díaz Porlier (+1815) o Rafael de Riego (+1823), o fusilado como el general José María de Torrijos y  sus 48 de sus compañeros sin juicio previo en la playa de San Andrés de Málaga (+1831); por no hablar del líder de ERC, Lluís Companys fusilado en Montjuic 1940.

 En fin que según Sánchez hay que rebajar las penas del delito de sedición reformando con Código Penal, no por humanidad sino por conveniencias políticas de la estabilidad de su presidencia y aprobación de los presupuesto generales, sin aprobar durante dos años. ¿Y por qué? , simplemente por su imprudente y egoísta moción de censura, ganada con los que ahora le apoyan. ¿Y cómo se hace la reforma? Con una maniobra izquierdista en el  Congreso con los apoyos de los diputados: PSOE, Unidas Podemos, PNV, Bildu, ERC, JxCat, Teruel existe y Mas Madrid. Que suman los votos 176 necesarios para hacer estas reformas. Pero todo esto no sale gratis.

La primera semana de febrero el loco, se reunirá Sánchez en Barcelona don Quim Torra, el inhabilitado por el Tribunal Supremo –pendiente de sentencia firme-  para que este independentista radical (ruina para Cataluña) no se cabree disuelva el Gobierno de la Generalitat Catalana y convoque elecciones autonómicas, que podría ganarlas Junqueras, y entonces hay que sacarle de la cárcel, para ser investido presidente de la Generalitat y que ejerza como tal (pienso en unos votos no pueden darle la inmunidad a nadie). Pero el inri de todo este asunto del «procés» es que Junqueras, ni los otros ocho que le acompañan en a la sombra, no se arrepienten de lo que del referéndum ilegal del 1-0, y que lo volverían a hacer, porque creen en el derecho a decidir, derecho que no cabe en nuestra Constitución, como es la segregación de una parte del territorio nacional.

El 21 de enero se nos rizaban los pelos de las patillas al escuchar a la ministra Montero hablar de una reforma del Código Penal que englobe determinados delitos como violencia de género,  medioambientales por el cambio climático (obedeciendo a la nueva Greta-Ada Colau, que pretende reducir el puente aéreo Barcelona-Madrid)  y de camino ya que estamos amasando el pan judicial para meterlo en el horno, hacemos una reforma del delito de sedición que es lo que  España necesita: rebajar las penas de este delito. ¿O son los sanchistas quienes lo necesitan como el comer? Sí es cierto, Sánchez dice:  «Hay que hacer  una revisión y reformar del Código Penal que abarque todos los capítulos, incluido el delito de sedición», es decir, el acuerdo con ERC era esto: rebajar las penas para que con carácter retroactivo salgan de la cárcel en unos pocos años, y después vuelta otra vez al trompo. Hacer un «indulto encubierto» delante de nuestra narices supone dar un plus de indulgencias para otros pronunciamientos futuros de todo el territorio nacional. Esto es como para pedir una consulta con el doctor del psicoanálisis Sigmund Freud en Viena o en Davos.

Esto es una perfidia al marco constitucional, cercano a un fraude de ley. Oiga Sr. Sánchez que dieron un golpe de Estado, y que Puigdemont por unos minutos declaró la independencia y se largó como el capital italiano cuando encalló el crucero Costa Concordia. El Tribunal Supremo les condenó a prisión por sentencias firmes.

Pues eso, rebajar la sedición y la rebelión enmascarada en una revisión general de otros delitos, pues es únicamente sacar de la cárcel a estos delincuentes, con los que ha pactado Adriana Lastra, sino, además, ponerles muy barato para cuando quieran volver a hacerlo porque han dicho que quieren volver a hacerlo.  ¿Y qué pasa con la otra gran demanda de los nacionalistas catalanas españoles? Pere Aragonés, que es el número dos de Torras, que es de ERC, dijo que la reunión de Sánchez y Torra deberá servir para abordar la independencia de Cataluña. Y todo este entramado es para hacer  una consulta que es el eufemismo de un referéndum encubierto.

La oposición está que trina con todo la razón, porque defiende la opinión de la otra mitad de los españoles. Porque España está actualmente más polarizada que nunca.

 

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