Aurelio Ruiz Enebral

Perdonavidas en el ayuntamiento

La concejal del PSC en Santa Coloma de Farners, Bea Ventura.
La concejal del PSC en Santa Coloma de Farners, Bea Ventura.

Los más de 8.000 ayuntamientos de esta España nuestra se constituyeron el sábado entre sonrisas, lágrimas y amagos de infarto. No había tanta incertidumbre desde aquellas tantas de penaltis de los años dorados de la Selección Española de Fútbol. En los campos municipales de este 15 de junio hubo remontadas notables, sobre todo con goles en propia de los diestros, que favorecieron al equipo rojo.

Pero hay más España de Madrit (así lo pronunciaba, adrede, Andrea Levy) y del asedio yayo-indepe al Ayuntamiento de Barcelona.

Me impactó lo que ocurrió en Santa Coloma de Farners, un pueblo de Gerona donde viven 12.894 personas. La jornada pasará a la Historia (aquí la mayúscula es merecida) por la estupefaciente pelea entre las dos ramas del ‘indepencarlismo’.

Parece que Junts per Catalunya (Convergència Reciclada de Catalunya) pretendía pactar con el PSC, y su líder decía contar con el apoyo de Carles I ‘el Huidizo’ desde su exilio en Waterloo. Pero hete aquí que el senescal Joaquim I quiso evitar tamañan traición a los Principios del Movimiento y presionó para que hubiera un pacto entre los puros, es decir, JxCAT-ERC. Qué es eso de pactar con charnegos.

Concejales y simpatizantes de los dos partidos independentistas se gritaron de todo durante el pleno y llegó la escena culmen de la obra. La hermana y la cuñada del senescal Joaquim (que ya se ha proclamado Joaquim I) llegaron a descolgar de la pared el retrato del actual Molt Honorable President para boicotear el pleno, como aquel diputado británico que intentó largarse de la Cámara los Comunes con el mazo real, una especie de báculo dorado del tamaño de un coche oficial que debe estar allí en todas las deliberaciones parlamentarias.

Entre la trifulca dinástica para ver quién tenía la legitimidad (¿La Casa de Waterlo? ¿El Palau de Sant Jaume?), se produjo una escena que define demasiado bien algo de esta Cataluña (y por tanto de España) que atraviesa el mes de junio de 2019. ¿Qué sería ese algo? Juzgue el curioso lector.

La ira de los vecinos presentes en el pleno de Santa Coloma de Farners acabó cayendo implacable sobre los concejales del PSC. “¡Son los del 155!”, gritaban los independentistas para conjurar el pecado de un pacto de Junts per Catalunya con los socialistas.

La portavoz del PSC, Bea Ventura, acabó llorando por la presión y la violencia verbal (sí, violencia) de los que convirtieron el salón de plenos en una sesión de ‘bullying’ de instituto.

En el vídeo se ve cómo, tras recibir un pañuelo de papel para secarse las lágrimas, Ventura se dirigió a esos ciudadanos [sic] para responder ante la injuria (¡oh!) de verse acusada de ser “la del 155”.

“Venimos a trabajar por Santa Coloma”, trató de decir la concejal socialista, algo que a los revienta-plenos seguramente ni les va ni les viene. Así que Ventura tiró por otro camino:

-- “Y lo de los presos políticos, intentaremos que Pedro Sánchez [abucheos] ¡los indulte!¡Lo intentaremos!¡Y no soy del 155!”.

Hay más abucheos y la concejal aguanta las lágrimas, pese a haber presentado esa ofrenda a los pies de los puros entre los puros. No aplacó su ira: siguieron abucheándola e insultándole. Ocurrió el 15 de junio de 2019 en Santa Coloma de Farners, Gerona, Cataluña, España.

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