Por qué se pelean los políticos
"Acojonado y sinvergüenza", han llamado a Albert Rivera en la cuenta oficial de Vox en Twitter. Y esta formación política ha reaccionado diciendo que su comunity manager (el que escribió el mensaje), "aunque tenga razón, debe vigilar su lenguaje".
Es el último ejemplo de los enfrentamientos que se producen en la política y entre los políticos.
Porque es evidente que los políticos se pelean, y mucho. En sesiones parlamentarias, en los debates electorales, en mítines, en declaraciones públicas...
Con ello han logrado, entre otros éxitos, que más de una vez los españoles hayan colocado a los políticos como uno de los principales problemas del país. A lo cual se añade la última encuesta del CIS, en la que todos los líderes obtienen un suspenso. No aprueba ninguno.
¿Y por qué se pelean los políticos?
Enzo Traverso, profesor de filosofía de la historia en Cornell, que acaba de publicar el libro ‘Melancolía de la izquierda’, afirma que los políticos tienen cada vez menor poder.
Entrevistado en La Vanguardia, argumenta que, cuanto menos poder real tienen los políticos, más agria es nuestra política y más confrontación se da.
Enumera los asuntos en los que ya no tienen capacidad de decisión. No pueden decidir sobre la moneda (el euro se gestiona en Frankfurt), ni sobre las fronteras (con la existencia de Schengen), ni sobre los presupuestos y el déficit (manda Bruselas), ni sobre política exterior o militar (obedecemos a la OTAN), ni acerca de las políticas agrarias, comerciales o tributarias (también manda la UE).
Con tan descomunal recorte de capacidades -concluye- a nuestros candidatos electorales no les queda otra que pelearse.
A ellos pelearse, y a nosotros limitarnos a votarlos. Y ¿con qué razones y argumentos decidimos el voto? No por los programas, por las propuestas, por las ideologías, sino sobre todo “por su estilo y personalidad”, afirma Traverso.
A eso se limita el debate, en eso se centra.
“Vivimos –dice- encerrados en un eterno presente político” en el que lo único que importa son las próximas elecciones. Y ya está.
Que es, añado por mi cuenta, la situación que atravesamos ahora en España. De elección en elección y tiro porque me toca, mientras los grandes problemas, los desafíos del país, quedan intocados, olvidados, aparcados.
El profesor apunta otra reflexión: una vez celebradas las elecciones, lo único que viene a continuación es el “me pongo yo, te quitas tú”.
Un diagnóstico bastante certero, a la vez que escalofriante.
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