TOMÁS GUITARTE, diputado de ‘Teruel Existe’

“Estoy justo entre el PP y el PSOE, como la mayoría de la sociedad española”

Tomas Guitarte es arquitecto y aterrizó en el Congreso de los Diputados tras las elecciones del 10-N después de años en movimientos sociales que buscaban sacar a las provincias del ostracismo nacional. Con Teruel Existe en la chapa y la España vaciada a sus espaldas, fue el voto que precipitó este Gobierno. ¿Se arrepiente? Así se ven las cosas tras la crisis del coronavirus

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Entre Teruel y Valencia, a 140 kilómetros de idas y venidas con desvío ahora hasta Madrid: a sentar la España vaciada en los escaños de un Congreso central. Arquitecto dórico, pero con volutas. ¿Su viga? “La conciencia de la justicia social”. Ex candidato del CHA. Ex jugador de Rugby ajeno a las melés de crispación de la política con hacha en Cortes. Del Pilar y de los Desamparados. Centrocampista sin pases a los extremos. Apoyó el Sánchez-Iglesias “por coherencia electoral”. Diría “sí, quiero” a un Casado-Arrimadas-Abascal, si surge de las urnas. Dialogante en mares de besugos. Teruel Existe más gracias a su silla en la capital. ¿Habrá elecciones tras el coronavirus? “Todo depende de cómo salgamos”. Cristiano en la batalla de Cutanda. De pueblo, de ciudad, de país. ¿Bisagra? Quizás 3 en UNO: lubricante para la España que se agosta, pero que liderará la salud de la desescalada.

Cutanda. Calamocha. Teruel. Aragón. España. ¿Está el señor que abrió las puertas de Moncloa a Pedro Sánchez? ¡Que se ponga! Sábado de confinamiento, día equis de encierro global. Tomás Guitarte tiene licencia para viajar como locomotora de Teruel Existe. El diputado. Un David contra el Goliat de la orquesta donde solo se tocan solos urbanitas. El hombre que se escondió de las fieras descocadas que se creen la política por encima de nuestras posibilidades para empujar a Sánchez hasta Moncloa.

Apenas han pasado tres meses y algo largos. Ni Reyes Magos tuvimos sin mojar el roscón en el tomate político. Tres meses y algo que derivarían hasta este momento de tragedia. Un virus. Miles de muertes. Un Ejecutivo en mascarillas. Una hoguera de duelos, iras y adolescencias en el Congreso de los Diputados. Y en Twiiter.

Tomás Guitarte fue el arquitecto que puso la clave al arco del Gobierno Iglesias-Sánchez. Como diputado de Teruel Existe, ya advirtió de que tras las elecciones apoyaría a la formación política con posibilidades de formar Gobierno “siempre y cuando” sus pactos y acuerdos estuvieran en el marco constitucional y de la gobernabilidad. Y fue que sí.

Tres meses y poco largos después, España es otra. Y queremos hablar de esa otra España con un señor maduro -59 antes del 8M-, con alergia a la crispación, con talante de pueblo, de ciudad, y de nación, sin tentaciones nacionalistas de escayola, que tiene sus raíces, sus esencias, sus porqués, su planta, su alzado y su perfil.

Sobre el plano, el más ilustre de los hijos de Cutanda al aparato, sin prisas. Tras el confinamiento de los medios y el virus agresivo de los que viven esto como un ganar o morir, charlamos paseando de deseo por esos senderos a 83 kilómetros de Teruel donde huele a gloria. Guitarte existe. Y quizás no es todo lo que nos han contado.

¿Cómo está pasando el confinamiento?

Como la actividad política sigue siendo frenética, estamos todo el día con videoconferencias y trabajo. Somos un grupo tan pequeño en el Congreso de los Diputados, que lo que otros se pueden repartir, a nosotros no nos queda más remedio que hacerlo con menos manos. No hay tiempo para aburrirse. Ni siquiera en los fines de semana.

¿Entre el Congreso y su casa?

A veces en casa, a veces en la oficina de Teruel Existe, y otras veces yendo y viniendo de Madrid para los plenos.

 

Eso de leer, hacer deporte o lanzarse a la repostería, no le está dando tiempo.

No. La actividad parlamentaria no da tregua, y seguimos muy al tanto de lo que nos transmiten los ciudadanos de Teruel, porque nos sirve para estar muy pegados a lo que está viviendo la gente de la calle. Queremos estar muy en contacto con las personas especialmente estos días, a pesar del confinamiento.

De momento, ver la dimensión de este virus y sus consecuencias, ¿le está haciendo mejor persona?

La pandemia nos está sirviendo para dar la importancia justa a las cosas que de verdad importan, y relativizar lo demás.  Las cosas trascendentales en nuestras vidas son pocas. También sirve para reflexionar sobre si el modelo de sociedad al que hemos ido derivando es el adecuado: concentración en grandes aglomeraciones urbanas donde el contagio ha sido muy rápido, y despoblación de núcleos donde antes había un equilibrio social que ahora nos vendría mejor. He pensando mucho en esa tendencia higienista que afectó a las ciudades después de la revolución industrial: quizás es un buen momento para ir replanteando estas cuestiones, porque estas pandemias, dicen los expertos, volverán.

El coronavirus llegó cuando usted “celebraba” sus veinte años de vida política…

Preocupaciones políticas uno tiene siempre, pero vida política auténtica es la que llevo desde que la agrupación de electores decidió que Teruel Existe debía dar el paso de presentarse a las pasadas elecciones generales, en septiembre de 2019. Aquella decisión se tomó porque era el último remedio para que se atendieran nuestras reivindicaciones. Lo otro son veinte años de compromiso en torno a los movimientos sociales de Teruel Existe para que la provincia enderece un progresivo decaimiento, porque hay territorios que se están quedando olvidados de la acción del Estado, y eso ni es justo, ni es eficiente. En principio, ser pocos no debería restar derechos a nadie.

¿En esos viajes hacia el Congreso, o en estos días de reflexión, se ha planteado alguna vez lo fácil que es aburguesarse en un puesto político?

Probablemente, en los grandes grupos políticos sea más fácil, porque no tienes una presión constante para cumplir tus compromisos. En las formaciones pequeñas es muy difícil, siempre y cuando quieras ser responsable con el papel que te han asignado los ciudadanos. Nosotros hemos interiorizado mucho la confianza de los turolenses que esperan mucho de nuestra acción política y no podemos fallarles. Nuestra dedicación es absoluta. Sé que aburguesarse es un riesgo, pero, de momento, sobre eso estamos vacunados. Espero que sea siempre así.

Toda esa responsabilidad de cada día, ¿le estresa o lo está disfrutando?

Las dos cosas. Por un lado, me genera un cierto estrés positivo para que las cosas salgan con la fluidez necesaria, para avanzar. Tengo el defecto de un excesivo afán de perfección, y eso a veces se frustra cuando hay que llegar a tantas cosas. Eso me genera un conflicto interior. Por otro lado, estoy satisfecho de ir sacando adelante lo que tenemos entre manos.

¿Por dónde libera esa tensión?

En mis años jóvenes fui un deportista empedernido. Jugaba al rugby federado con un entrenamiento muy intenso. Esa pasión se mantiene, pero ha mutado en paseos. Como cada vez tengo menos tiempo libre, prefiero dedicar lo que me quede a actividades culturales.Tomas2b

La semana pasada habló con Pedro Sánchez por videoconferencia. ¿Cómo va la relación entre los dos? ¿Cree que el presidente del Gobierno está llevando bien las riendas de esta pandemia?

Reconozco que es fácil que se cometan errores, porque esto no lo hemos vivido antes y nos faltan precedentes. No dudo que haya buena intención en resolverlo, y también estoy seguro de que hay cosas que se pueden mejorar. Ya llegará el momento de analizar cómo se gestionó esta crisis y qué consecuencias han traído las decisiones adoptadas, para aprender todo lo que podamos de lo vivido. En cualquier caso, ahora me parece prioritario aparcar la crítica de los errores que ha habido para intentar avanzar y salir de esta crisis sanitaria cuanto antes. Aunque también sería un error no mirar después con lupa todo lo que ha sucedido. No nos puede pillar por sorpresa otro escenario así, que nos pensábamos que esto era para países en vías de desarrollo y ya nos hemos dado cuenta de que somos tan vulnerables como muchos otros.

“Sería un error no mirar después con lupa todo lo que ha sucedido con la gestión del coronavirus. No nos puede pillar por sorpresa otro escenario así, que nos pensábamos que esto era para países en vías de desarrollo y ya nos hemos dado cuenta de que somos tan vulnerables como muchos otros”

¿Le da confianza Pedro Sánchez?

No le conozco personalmente más allá de las escasas conversaciones políticas que hemos mantenido. Tengo casi la obligación de creer que el presidente del Gobierno va a hacer lo que corresponda. En puestos de tanta responsabilidad nunca pongo en duda que se actúa con buena fe.

¿Qué tipo de política se ha encontrado en el Congreso de los Diputados?

Nosotros somos ciudadanos normales y corrientes que nunca habríamos pensando que nos tocaría estar en la política de una manera tan protagonista, porque, en el fondo, esperábamos que los políticos que se dedican a esto profesionalmente ejerciesen una labor suficiente para resolver los problemas. Nosotros nos presentamos a las generales por obligación después de ver que la política tradicional no resolvía los problemas de la provincia una legislatura después de la otra. Tras cuarenta años de sistema democrático con Teruel en cuarentena para Madrid, pensamos que dar el salto era el paso lógico del movimiento ciudadano.

¿Y qué se ha encontrado en Madrid? ¿Qué le ha llamado la atención?

Lo primero que me ha sorprendido, porque en mi vida cotidiana nunca lo he visto, es el grado de crispación que se palpa en el hemiciclo, porque después en los pasillos se observa una cordialidad distinta. La vida en la calle no es así. Ni siquiera se manifiestan con tanta dureza las discrepancias ideológicas. En Teruel Existe estamos acostumbrados al diálogo entre personas de diferentes corrientes partidistas. Tenemos nuestra ideología -luchar por nuestra provincia, por el equilibrio territorial…-, pero estamos acostumbrados a convivir con la variedad entre pensamientos más de derechas, o más de izquierdas, aunque la mayoría se mueven en un marco de ideas centristas. Me sorprendió ver que en el Congreso el objetivo primero, antes de resolver los problemas, es imponer tu forma de pensar sobre la de los otros con un tono que casi ataca a nivel personal al contrincante. Lo positivo que veo es que, efectivamente, desde la política se pueden cambiar las cosas y hace faltar estar allí para que los problemas históricos que representamos se tomen en consideración, aunque no hace falta machacar a las personas para lograr conquistas políticas.

Muchos veteranos me dicen que no haga caso a esa crispación, porque forma parte de la teatralización de la política… ¡Pues eso es lo que estamos transmitiendo hacia fuera! Es muy peligroso trasladar esa crispación a la sociedad, porque puede ocasionar conflictos serios que ni son necesarios, ni convienen.

“Me ha sorprendido el grado de crispación que se palpa en el hemiciclo. Muchos veteranos me dicen que eso forma parte de la teatralización de la política… ¡Pues eso es lo que estamos transmitiendo hacia fuera! Es muy peligroso trasladar esa crispación a la sociedad, porque puede ocasionar conflictos serios que ni son necesarios, ni convienen”

En Teruel Existe, dice, hay diferentes corrientes partidistas. ¿Usted desemboca más desde el socialismo?

Durante mi etapa universitaria fui candidato del CHA, el partido de Labordeta, que nacía por aquellos momentos. Luego dejé el interés por la política y me dediqué a mi profesión durante casi treinta años. Aquello fueron experimentos propios de las veleidades de esa edad. Yo me considero una persona dialogante con todos. No creo que la verdad esté en ninguno de los dos lados: cada uno tiene sus cosas, y algunas podemos compartirlas todos. Estoy más por apoyar las soluciones pactadas con acuerdos muy amplios donde podamos sentirnos a gusto todos los españoles.

¿Se siente a gusto entre PSOE y Podemos?

Yo estoy justo entre PP y PSOE. Huyo de los extremos.

¿Usted es casi la única persona que puede hacer que el PSOE y el PP se entiendan?

Uf. Eso es mucha responsabilidad… En cualquier caso, creo que los dos partidos deben aprender a no demonizar al contrario, porque la mayoría de la sociedad española está justo en ese punto medio.  No nos conviene de ninguna manera balancearnos hacia los extremos.

¿Vio la intervención de Rita Maestre y José Luis Martínez-Almeida en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid de la semana pasada?

En estos momentos, la actitud debe ser esa. Estamos ante un problema lleno de incertidumbres, por lo que lo mejor es aportar entre todos para solucionarlo. Me agrada ese ejemplo. Necesitamos afrontar esto con unidad.

El día de la investidura de Pedro Sánchez tuvo que esconderse ante la tensión social y alguna amenaza. ¿Le da miedo una sociedad que se cree tanto la política?

Sí. No creo que debamos invitar a polarizar tanto las posiciones que se genere un clima que nos impida ser libres para defender lo que pensamos. Veo que es un riesgo real en nuestra sociedad y me da miedo que se vaya por ese camino. Confío tanto en la capacidad reflexiva de los españoles que no creo que haga falta tensionar la sociedad para que se produzca un cambio político.

“Confío tanto en la capacidad reflexiva de los españoles que no creo que haga falta tensionar la sociedad para que se produzca un cambio político”

¿Dónde pasó aquella noche?

Aunque no había ninguna amenaza concreta, después de varias pintadas en mi pueblo y de la tensión que reflejaban los medios, decidí alojarme en casa de unos amigos por precaución. No le doy más trascendencia a aquello, fue solo una circunstancia del momento.

¿Alguna vez se ha arrepentido de su respaldo a Pedro Sánchez y su apoyo a este Gobierno?

Durante la campaña electoral dejamos claro que nos presentábamos a los comicios generales ante el hartazgo social tras el fracaso de la investidura anterior. Dijimos que nunca dificultaríamos la gobernabilidad si llegábamos al Congreso. Nuestro voto iría con la mayoría necesaria para que de las elecciones del 10-N saliera un Ejecutivo, fuera del color que fuera. Nuestro objetivo era romper con este impasse de interinidad que considerábamos peligroso incluso para el prestigio de las instituciones. Y fue el PSOE el que logró el respaldo mayoritario y solo negociamos con el PSOE el apoyo a este Gobierno. Ningún votante nos los ha recriminado, porque todos sabían que ese era nuestro compromiso. Lo mismo habría sucedido si Pablo Casado hubiera ganado las elecciones. El coronavirus ha cambiado muchas de las prioridades que estaban sobre la mesa durante el proceso de investidura. Que a posteriori se critique la capacidad de este Gobierno ya es una cosa distinta.

¿Ha perdido amigos personales por su sí a Sánchez?

No. Si los hubiese perdido habría sido muy lamentable… Todo el mundo que me conoce sabe que no me muevo por cuestiones ideológicas extremas y comprendieron la situación. Tanto yo como todo el movimiento de Teruel Existe hemos recibido más apoyo después de ese paso. Somos la única formación que llama a la razón, a no dejarse llevar por el camino de la crispación, a reivindicar la cordura de saber hablar unos con otros consiguiendo soluciones que nos unan.

“Todo el mundo que me conoce sabe que no me muevo por cuestiones ideológicas extremas y comprendieron la situación. Tanto yo como todo el movimiento de Teruel Existe hemos recibido más apoyo después del respaldo a la investidura”

¿Cree que habrá elecciones generales cuando pase esta crisis sanitaria?

No lo sé. Todo depende de cómo salgamos. Sí creo que ahora no deberíamos volcar nuestros esfuerzos en nada que no sea salir de esto.

¿Se sentiría cómodo respaldando un Gobierno formado por PP, Ciudadanos y Vox?

Si obtienen el apoyo mayoritario de los votantes, sí. Se puede dialogar con todos aquellos que están dentro de la Constitución, y se supone que quienes están en el Parlamento han jurado el respeto a la Constitución. Los vetos a priori son improcedentes con todo el mundo.

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Arquitecto, dígame: Pedro Sánchez, como figura política, ¿es más un elemento estructural o un elemento decorativo?

Quizás es un error mío ver más lo que representa un cargo que a la persona que lo ostenta... En cualquier caso, en Pedro Sánchez veo al presidente del Gobierno, con la obligación de ser un punto de apoyo importante para el país. Tiene la responsabilidad de ser estructural.

¿Le ve base, fuste y capitel?

Eso se aprecia en la relación personal, y yo no la tengo. Los compromisos que tiene con nosotros los está intentando cumplir. No ha habido ninguna frustración con respecto a nuestras propuestas, y por eso no tengo motivos para pensar que no sea una columna firme, desde ese punto de vista.

¿Pablo Casado es un contrafuerte o una metopa?

Le toca ser contrafuerte. Es otra pieza clave en el funcionamiento de nuestro sistema democrático.

¿Pablo Iglesias es un arco de herradura o una cariátide?

A un cierto grado de responsabilidad política, todos deben ser elementos estructurales para toda la sociedad. A ese nivel no podemos permitirnos que alguien no sea sólido o que reste estabilidad a la acción del Gobierno.

¿Usted es más dórico, jónico o corintio?

Soy más de lo sencillo, de lo dórico.

Aunque meterse en este berenjenal también tiene sus volutas… ¿Cuál es la viga que da soporte a su vida?

Me apasiona el trabajo y mi experiencia vital me ha llevado a tener una gran conciencia de la justicia social. De todas formas, una cosa es el ideal, y otra que yo haya sido capaz de vivirlo siempre. Este concepto de justicia territorial es el que mueve mi faceta política, como se ve, sin ningún tinte nacionalista, sino como respuesta al ninguneo de los sucesivos gobiernos centrales a provincias como la nuestra, porque eso no es justo.

¿La política española es una pirámide de Egipto con faraones-cadáveres?

No creo que en la política española haya ningún cadáver y tampoco me siento con capacidad para juzgar eso. La política cada vez es más cercana. Antes veíamos a políticos que se adornaban con el áurea de ser grandes padres de la patria, y ahora vemos a más gente normal. No lo veo mal. Sería muy conveniente que se llegara con una experiencia vital previa y con trabajos desarrollados fuera de la política, pero todo el mundo está vivo y tiene algo que aportar.

¿Qué elemento arquitectónico quiere ser Teruel Existe?

Nos gustaría ser un puente. Nuestra principal reivindicación era que se firmase un pacto de Estado por el reequilibrio territorial y la repoblación, y para que eso sea viable y duradero hay que tender muchos puentes una y otra vez, aunque algunos se hundan al principio. Hay cosas que podrían unirnos a todos y harían que nuestro país funcionase solo.

¿Teruel mejora desde que usted tiene altavoz en Madrid?

Desde nuestra llegada al Congreso nosotros mismos nos hemos empoderado, porque la ciudadanía se ha dado cuenta de que no son un cero a la izquierda. Que pese a ser pocos, tienen su importancia. El coronavirus lo ha frenado todo, pero hasta ahora estaban aumentando el turismo y el reconocimiento exterior de la provincia. Por cada sitio que vas dices “Teruel” y te responden “¡existe!”. Le hemos puesto apellido a la provincia y es una campaña estupenda. Todos los números -visitas, ocupación, venta de productos autóctonos…- han mejorado. Hasta ahora había poca gente que conocía la belleza y la riqueza de Teruel y muchos nos han ido descubriendo. La lástima es que el aislamiento no se haya roto antes, porque de ahí provienen todas nuestras dificultades para el crecimiento.

“Por cada sitio que vas dices “Teruel” y te responden “¡existe!”. Le hemos puesto apellido a la provincia y es una campaña estupenda. Todos los números -visitas, ocupación, venta de productos autóctonos…- han mejorado”

¿Su relación con Pedro Sánchez es mejor que con Javier Lambán?

Sí, porque con Lambán he hablado muy poco. El presidente de la Comunidad de Aragón lleva años atacando a Teruel Existe como si tuviera algo personal contra nosotros. Ha hecho declaraciones extemporáneas sobre nosotros muy despectivas. De todas formas, no sé si habrá más o menos feeling personal, porque apenas le he tratado, pero sí juzgo su posición política. Como la formación más votada en las pasadas elecciones generales en la provincia de Teruel, pensamos que deberíamos formar parte del pacto aragonés por la reconstrucción, pero no se nos invita. Ignorarnos no aporta nada y resta mucho, y es un acto voluntario en forma de cordón sanitario contra Teruel Existe, porque cuestionamos muchas cosas sobre la política tradicional. Vetarnos es vetar a la ciudadanía y, a la vez, un empujón de respaldo popular para nosotros.

¿Le ha pedido a Pedro Sánchez que medie?

No hemos llegado a esos niveles. Tampoco sé si hay muy buena relación entre Pedro Sánchez y Javier Lambán.

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Dice Wikipedia que Tomás Guitarte es el único personaje ilustre de Cutanda. Teniendo en cuenta que el censo de 2019 eran 50 habitantes, entiendo que aspira usted a un reto más reto…

A ese nivel no aspiro a nada, de verdad. Mi conexión con Cutanda es muy intensa, desde pequeñito. Pero eso no busca ningún reconocimiento. Los círculos pequeños tienen la ventaja de que lo que aporta cada uno es más relevante. Todos nuestros jóvenes pasan por la comisión de fiestas y allí reciben una formación parecida a la de la mili. A sus 18-19 años ven que las fiestas de su pueblo dependen de lo que ellos hagan. A mí me formó ese período, y a mis hijos. Aquí nadie es un número sin más.

¿Quién es usted en la batalla de Cutanda?

Como somos tan pocos, hay años que nos toca hacer de todo. En general, hago de soldado cristiano normal y corriente, ningún personaje protagonista.

¿Le van las tradiciones regionales de verdad, o apechuga porque le toca?

La batalla de Cutanda me atrajo porque era un proceso de recuperación de una tradición histórica. Intenta conmemorar un hecho trascendental para Aragón, que no sería lo mismo si no hubiese sido por esa batalla. El espíritu es utilizar un recurso histórico como fuente de futuro de desarrollo para la localidad.

¿Es más de la Virgen del Pilar (Aragón) o de Nuestra Señora de los Desamparados (Valencia)?

Soy de las dos. Todas las advocaciones tienen su razón de ser.

¿Cree en Dios?

Sí. Nunca he tenido empacho en decirlo.

Muchos dicen: está en Valencia más que en Teruel. ¿Bulo, verdad o atrevimiento?

La diáspora turolense la hemos vivido muchos. Hay más gente fuera que dentro de Teruel. Por circunstancias personales, me formé en Valencia y he estado mucho allí, pero ambas ciudades están a 140 kilómetros de distancia. Por proximidad, es más fácil que un turolense vaya a Valencia que a Zaragoza. De todas formas, yo creo que da un poco igual dónde estés físicamente: lo importante es ayudar como se pueda desde donde sea. Teruel es el epicentro de mis esfuerzos y mi dedicación.

“Por proximidad, es más fácil que un turolense vaya a Valencia que a Zaragoza. De todas formas, da un poco igual dónde estés físicamente: lo importante es ayudar como se pueda desde donde sea. Teruel es el epicentro de mis esfuerzos y mi dedicación”

De su Valencia infantil salió usted educado en un colegio privado y de educación diferenciada. ¿Está orgulloso de la formación recibida?

Sí. Recibí una buena formación. Me recuerdo como buen estudiante que se esforzaba y sacaba buenas notas. Antes, incluso, estuve en un seminario menor…

…Pero no porque sintiera una llamada especial.

¡No! Pasé por allí porque era una opción educativa más muy generalizada en aquel momento.

¿Defiende a su colegio ante un PSOE que considera anatema ese modelo educativo?

Nunca he comprendido esta postura del PSOE. Para mí, la educación es el máximo exponente de justicia social, porque es lo que permite que alguien pueda salir de su contexto, y creo que no todo tiene que ser educación pública. Hay otras alternativas. La libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos es un derecho importante.

Usted pasó por la Universidad y quizás sepa más de educación que muchos políticos, incluso del ramo. ¿La Universidad española es puntera?

En general, no, como confirman las encuestas. Hay algunas facultades y departamentos de algunas universidades con mucho prestigio, incluso internacional, pero no es la tónica. En cualquier caso, si noto un interés mayor por conseguir que la excelencia educativa conquiste a toda la Universidad española. Aquí se da una buena formación, como demuestran la cantidad de estudiantes extranjeros que deciden cursar el grado en universidades españolas, pero ser puntera significa ser punta de lanza mundial, y todavía no hemos conseguido estar entre las primeras del mundo. 

¿Tiene más autoridad moral en España un profesor universitario que un político?

Todavía, sí.

¿La España vaciada y la rural tienen hueco en la política real o son solo claims enlatados para las campañas electorales?

Nosotros hemos querido evitar eso. La postura a favor de la España vaciada no puede ser una declaración bonita de discursos de campaña, por eso exigimos que tenga su reflejo en los Presupuestos Generales del Estado. Todo el mundo reconoce que tenemos razón en ese punto, pero nuestro empeño es que pase de lo declarativo a la realidad, porque esto es irreversible si no se pone dinero. Si el 70% de nuestro país está abandonado, solo el mantenimiento nos va a costar más caro.

“La postura a favor de la España vaciada no puede ser una declaración bonita de discursos de campaña, por eso exigimos que tenga su reflejo en los Presupuestos. Si el coronavirus hubiera entrado en estas localidades con la misma fuerza que en las urbes, habría sido dramático, porque no había capacidad de respuesta”

¿La España vaciada padece el coronavirus con desigualdad?

En Soria y Segovia se nota con mucha crudeza, por los desplazamientos desde Madrid. Para otras provincias, la distancia de los grandes núcleos urbanos ha sido un escudo, aunque también tienen un sistema sanitario mucho más endeble y con una población más envejecida.  Si el coronavirus hubiera entrado en estas localidades con la misma fuerza que en las urbes, habría sido dramático, porque no había capacidad de respuesta.

¿Alguno de sus tres hijos tiene tentaciones políticas?

No. Nunca han comprendido mi paso. A veces es difícil explicar que, aunque nos perjudica en todo, el convencimiento de luchar por una causa justa es lo que me mueve. Ellos no han tenido las mismas experiencias vitales que yo.

Su mujer le apoya a muerte, entiendo.

Sí. Si no, no sería factible.

¿Cómo ve Teruel Existe en 2025?

Me gustaría que para entonces este movimiento no fuese necesario, porque la política tradicional se hará cargo de los problemas a los que ponemos voz. Si eso no se consigue, espero que en 2025 los turolenses estén contentos por haber articulado un movimiento que luchase por la provincia, porque, en buena medida, el futuro de Teruel depende de nosotros mismos. Más allá de los déficits de inversión históricos que hemos sufrido, el esfuerzo por recuperar nuestro territorio está en nuestras manos.

¿Cómo ve el Congreso de los Diputados este verano?

Espero que con muchas personas trabajando para reconstruir el país sin demora.

¿Cómo ve España cuando pase este tsunami mortal a cuenta de un virus?

Me gustaría que con una cohesión social que nos haga caminar a todos juntos.

REBOBINANDO

Cutanda es una localidad perteneciente -de momento- al municipio de Calamocha. Si prospera la reconquista de la España vaciada, quién sabe: quizás algún día volverá a remozarse de juventud, a parir hijos, a cobijar presentes con futuro.

El pueblo de Guitarte es conocido por dar la batalla: en esta población a la que el INE verifica solo 50 habitantes en 2019, hasta que llega el verano, Alfonso I el batallador fue consolidando sus victorias, con la ayuda de Guillermo IX, duque de Aquitania, para apagar la mecha de los Almorávides tras la conquista de Zaragoza.

¿Cuándo? Aquí, todos los veranos, pero como F5 de la que fue en 1120 en este rincón del alto Jiloca un 17 de junio, entre calores de orillas de verano y olor a campo virgen. ¿Lo ven ahí? En mitad de esa batalla, ahora de hermanos, Guitarte es un soldado cristiano corriente más, de los que azuza la rebelión para que no le toquen su suelo. Cada año, en la sección de lo que no es trending topic, pero también sucede en España, aunque un día de lluvia en Madrid tiene más relevancia mediática que lo de Cutanda, o que el éxodo rural crónico, o que las pequeñas ciudades enterradas de olvido con las joyas de su señorío. Teruel. Soria. Extremadura. Cuenca. Talavera de la Reina. Grillos grillan entre la paja y las lluvias de esta primavera criminal que no florece nunca.

No hemos hablado cara a cara. No he visto sus gestos. No he mirado sus ojos. No he catado el movimiento de sus manos. No sé si el pie habla con el ritmo de las palabras, si se pone colorado, o si suda mientras responde una cuestión. Pero el confinamiento agudiza el oído y en esta conversación se escucha que la política provincial existe, que los movimientos sociales existen y llegan, sin AVE, hasta donde las Cortes cortan la conexión territorial. Las pequeñas ciudades no quieren ser abortos, ni están dispuestas a más eutanasias.

Guitarte no pierde el tono. Centro. Pan de pueblo en el horno de una política en tensión antes y después del coronavirus. ¿Cambiarán las cosas cuando la curva de la covid-19 se pierda en el horizonte de nuestras esperanzas? ¿Será la reconstrucción de España una batalla de Cutanda a machetazos por la espalda entre enemigos? ¿Renaceremos o las flores crecerán mustias sobre cenizas para siempre?

Una primavera perdida. Rosas sin cortar. Libros sin luz. Profesionales sanitarios agotados. Ancianos enterrados. Niños con miedo a salir. Autónomos asfixiados. Pueblos aparcados. Familias amputadas. Política con mascarilla. Congreso en llamas. Partidos sin fúbtol. Árboles genealógicos talados por la raíz. Rostros sin sonrisas. En mitad del inventario de alarma, con aparente ingenuidad, Guitarte en proporción asoma las dos manos: una, para estrecharla a quien quiera tirar del carro de un país sin zidanes y pavones. La otra, para quien lo haga como en Cutanda: de frente, y a una. Al menos, eso escucho desde los estudios centrales.

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