Prepárense: esta pandemia va para largo
¿Se acuerdan de aquella broma que circuló durante el confinamiento sobre un calendario que, a final de 2020, reunía en varios días del último mes todo lo que nos habíamos quedado sin hacer, sin vivir, sin saborear? Todo aparecía allí, apelotonado, y tenía su gracia:
-- Domingo 20 de diciembre, miércoles de ceniza, la Tomatina y día de las pellas; Lunes 21, jueves santo, Día del padre y Carnaval de Tenerife; Martes 22, Feria de Abril, Olimpiadas, Moros y Cristianos; Miércoles 23, San Jordi, El Pilar, Fallas; Jueves 24, Final de la Champions, Eurovisión, Noche Buena; Viernes 25, Navidad, Día del Orgullo, Puente de mayo; Sábado 26, mundial de Tango, Día de la Madre, San Isidro; Domingo 27, Hogueras de San Juan, Descenso de Rivadesella, Entierro de la Sardina; Martes 29, Feria del libro; Miércoles 30, Ya es primavera en el Corte Inglés; Jueves 31, San Fermín, Nochevieja, Cierres de Ibiza.
Pues me temo que va a ser que no. Nuestro próximo mes de diciembre va a ser muy diferente. Esto va para largo y quizás compense ir realizando calendarios alternativos para 2021 con todo lo que nos vamos a perder ahora: Haloween con distancia de seguridad; la mítica San Silvestre Vallecana virtual; cabalgatas de Reyes sin público; día de difuntos con limitaciones en cementerios y campos santos; no toques al abuelo en nochebuena; nada de Copas de Navidad para despedir el año, ni comidas de empresa; cotillones con certificado PCR en vigor…
Es lo que nos va a tocar vivir. Más vale que nos vayamos haciendo a la idea. No vamos a disfrutar de una buena normalidad hasta dentro de bastantes meses, me temo.
Este verano pude hablar un rato con un directivo de un gran hospital de Madrid. Me interesaba preguntarle por ese gran recinto médico que prepara a toda prisa Isabel Díaz Ayuso para la Comunidad de Madrid. De nueva construcción. ¿No es excesivo? ¿Esta infraestructura es importante ahora? ¿No es matar moscas a cañonazos?
La respuesta del doctor fue la siguiente: no, es un gran idea. Lo que más ha sobrecargado el trabajo de los hospitales es mantener dos líneas para pacientes, una limpia (para enfermos con patologías tradicionales) y otra sucia (para contagiados por covid). Eso es una locura. Por lo tanto, es un gran acierto contar en Madrid con un gran centro a donde poder derivar a los infectados que deban ser ingresados. Evitará saturaciones y podremos hacer frente a los picos en plantas y UCI.
Además, añadió, esto va para largo. Es una medida que se ha tomado teniendo en cuenta que este virus va a estar dando guerra al menos un año más. Quizás mitigado. Lo veremos. Pero es que seguimos sin conocer demasiadas cosas sobre él. Por eso hay que estar preparados para convivir con esta extraña pandemia durante un largo periodo de tiempo.
No pasa nada, concluyó. Es cuestión de mentalización. Insiste sobre esto en tu medio, me dijo. Esto pasará pero no va a ser mañana. Si la gente se organiza, pasará mejor este periodo de dura prueba. Sin angustias, ni ansiedades. Mirando al futuro.
Todo esto me ha venido a la cabeza por un chiste de El Roto, que publicó el viernes en El País: un muñeco cubierto por un capirote declaraba lacónicamente: “Esta Semana Santa se me está haciendo eterna”.
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