Informes de los servicios policiales de inteligencia

Los presos de ETA excarcelados no van a volver a matar

Existe un pacto interno en la banda: estarse quietos para no perjudicar al resto de internos. Sólo quedan dos comandos activos

ETA tiene decidido no volver a las armas.
ETA tiene decidido no volver a las armas.

Ninguno de los etarras que saldrá de prisión en aplicación de la derogación de la doctrina Parot volverá a la lucha armada. Así lo han confirmado al ministerio del Interior los servicios de Información de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Según esos informes, existe un pacto entre el colectivo de presos y la banda para evitar cualquier movimiento que ponga en riesgo el llamado “proceso de paz”.

Según ha sabido El Confidencial Digital, los servicios de Información llevan meses investigando las  conversaciones producidas en el 'núcleo duro' de EPPK -el colectivo de presos-, y también los mensajes que éstos, a través de sus abogados y familiares, trasladan al entorno de la banda ETA.

El objetivo de este seguimiento, realizado por los agentes tanto dentro como fuera de las cárceles, es conocer la opinión de los presos históricos de la banda. En concreto, los policías y guardias civiles de la lucha antiterrorista han querido saber la disposición de éstos a reintegrarse en ETA una vez queden en libertad.

La conclusión a la que han llegado los servicios de Información, y que han trasladado al ministerio de Interior, es que no existe riesgo de que los etarras que salgan ahora de la cárcel reanuden la actividad que les llevó a prisión: la vuelta a las armas de estos presos de ETA está descartada.

No perjudicar al resto de presos

Miembros de los servicios de Información de la Policía Nacional revelan a este confidencial que, en el seno de la banda y en el colectivo de presos, se ha llegado a la conclusión de que cualquier nueva acción armada será, además de inútil, perjudicial para los miembros de ETA que siguen en prisión.

Desde EPPK consideran que “el conflicto armado está muerto”, por lo que ahora, el principal objetivo es obtener beneficios penitenciarios para los presos, incluida la conmutación de las penas, como parte de los pasos a seguir en el llamado “proceso de paz”.

Desde el aparato político de la banda se tiene la certeza de que la única posibilidad para la liberación de los etarras encarcelados es “permanecer quietos”. Los presos que han pedido la revisión de sus condenas por la derogación de la doctrina Parot conocen el mensaje, y su respuesta ha sido positiva: “Ninguno piensa volver a matar”.

Las fuentes consultadas por ECD añaden que la ya liberada Inés del Río, y otros terroristas sanguinarios como Josefa Mercedes Ernaga y Manuel Piriz López, “llevan más de 20 años en la cárcel y se sienten derrotados. No quieren volver al conflicto armado ni por ellos ni por sus compañeros”.

Sólo dos comandos

 

En el estado de ánimo de los presos tiene mucho que ver la actual situación de ETA. Para algunos agentes de la lucha antiterrorista, “la banda está casi desactivada”, y sólo mantiene su postura de no entregar las armas “para forzar al Gobierno a dar algún paso”.

A día de hoy, según los datos de los servicios de Información, sólo existen dos comandos itinerantes, integrados cada uno por “tres o cuatro personas”.

Ambos grupos son considerados por la Policía Nacional y la Guardia Civil como “durmientes”, y su único objetivo es “mantener viva la infraestructura” a la espera de cualquier solución al conflicto.

Desde el anuncio del fin de la actividad armada, no ha habido casos de extorsión a empresarios ni operaciones de compra de armas, por lo que, según los agentes de la lucha antiterrorista consultados por ECD, “ETA es ahora mismo una banda sin jerarquía. Y ni Troitiño, ni Del Río, ni Piriz tienen fuerza ahora para reactivarla”.

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