El PSOE fracasa en el intento de autofinanciarse a pesar de estar en el Gobierno
El presupuesto para 2018 prevé recaudar 5 millones de euros por aportaciones de cargos públicos y cuotas pero “no se están alcanzando los objetivos”
El año 2011 marcó el inicio de la “crisis económica” para el Partido Socialista. En las elecciones autonómicas y municipales de mayo perdió gobiernos autonómicos y ayuntamientos importantes, y en las generales de noviembre salió de La Moncloa y pasó de 169 diputados en el Congreso a 110: número que en 2015 cayó a 90, y en 2016 a 85.
Esa pérdida de poder institucional, la reducción de subvenciones públicas, junto con la fuga de militantes desilusionados con la gestión de la crisis económica que había hecho José Luis Rodríguez Zapatero, “secaron” de forma muy destacada las fuentes de financiación del PSOE.
Desde entonces, el partido ha tenido que realizar despidos y ERE’s en la sede nacional de Ferraz, y puesto en marcha otras medidas para mantener el equilibrio en sus cuentas: por ejemplo, abrirse a vías de financiación distintas de las tradicionales, como el micromecenazgo.
“No se están logrando los objetivos”
Confidencial Digital ha podido constatar que, en documentos internos recientes, el PSOE admite que no está teniendo demasiado éxito con el intento de aumentar los ingresos que no dependen de las aportaciones públicas que reciben los partidos, los que recibe en función de los diputados y senadores que tienen en las Cortes Generales.
Es el caso del documento “Bases para la elaboración del presupuesto 2019”, que se aprobó durante la última reunión del Comité Federal, celebrada el pasado 10 de noviembre.
Los responsables de la gestión económica del PSOE se propone como objetivo, en el que llevan trabajando años, el “aumento del ratio de los ingresos procedentes de la autofinanciación con respecto al total de ingresos”.
En este punto, reconocen que “durante el ejercicio 2018 no se están logrando los objetivos marcados, centrados en un aumento significativo en los ingresos procedentes de cuotas, donaciones y cargos públicos”.
Cuotas de militantes y aportaciones de altos cargos
La página de transparencia de la web del PSOE sólo ofrece datos de mitad de ejercicio, es decir, de la ejecución presupuestaria de enero a junio. Pero un vistazo a esa ejecución permite concluir que la preocupación interna está motivada.
A través del capítulo de “Cuotas, aportaciones y donaciones”, los socialistas esperaban recaudar 5.165.000 euros a lo largo de 2018. El problema es que a finales de junio (es decir, transcurrida la primera mitad del año) no se había alcanzado el 50% de ese capítulo, sino el 44,46%.
Por ejemplo, en cuotas de afiliados había recaudado 1,98 millones de euros, el 46,61% del total del año; en ese punto, hasta junio estaba evolucionando de forma razonablemente positiva.
Sin embargo, en cuanto a las aportaciones de altos cargos -que entregan al PSOE parte del sueldo para contribuir a su financiación- el panorama es peor: sólo había conseguido ingresar el 37,44% del dinero presupuestado para todo el año: 346.359 euros del total de 925.000.
Y, de los 60.000 euros que esperaba recibir en concepto de donaciones, sólo había registrado hasta final de junio 363 euros: es decir, un 0,61% del total del año 2018.
Esos malos datos hasta junio, se vieron compensados por una aportación extraordinaria que los Grupos Parlamentarios recibieron para gastos de seguridad (650.000 euros), y por el campo de “Otros ingresos”, que en sólo seis meses ha supuesto 1,9 millones de euros, cuando en los doce meses de 2018 esperaba ingresar 1,11 millones.
Objetivo: captar más afiliados y simpatizantes
Tras constatar el fracaso por no estar logrando ese “aumento significativo en los ingresos procedentes de cuotas, donaciones y cargos públicos”, el PSOE se pone nuevos deberes para el próximo año.
“Durante el ejercicio 2019 deben redoblarse los esfuerzos para aumentar el número de afiliados, simpatizantes y colaboradores”, señalan los responsables de la gerencia económica y financiera del partido de Pedro Sánchez.
De hecho, una de las bases presupuestarias para 2019 va a ser “incrementar la ratio de ingresos procedentes de la autofinanciación con respecto al total de ingresos”.
Llama la atención que los problemas que el PSOE ha detectado en los ingresos por cuotas de afiliados y aportaciones de cargos públicos se den en un año en que los socialistas han conseguido volver al Gobierno de España, del que salieron a finales de 2011.
Hay que tener en cuenta que la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, como es habitual en cualquier cambio de Gobierno, conllevó el nombramiento de un número importante de dirigentes y afiliados del PSOE para altos cargos de la Administración General del Estado: ministros y secretarios de Estado, pero también presidentes de empresas públicas y otras instituciones dependientes del Gobierno de España.
Pese a ese aumento de altos cargos socialistas, los ingresos por dicho concepto no parecen haberse notado en las cuentas de Ferraz.
La nota positiva: baja la deuda
Frente a estos datos menos positivos, los responsables económicos del PSOE sí se pueden congratular por algunos logros en este año 2018. De ahí que, en el documento de “Bases para la elaboración del presupuesto 2019”, señalen que “los retos planteados en las bases presupuestarias del ejercicio 2018 se han visto realizados conforme a la línea de las previsiones iniciales, de manera que la ejecución, hasta la fecha, ofrece unos resultados óptimos de gestión”.
Se refieren, sobre todo, a la reducción de la deuda que acumula el partido. A 31 de diciembre de 2017, la deuda financiera del PSOE ascendía a 52,9 millones de euros. Los socialistas presumen de que han conseguido “reducir el saldo de deuda financiera conforme al objetivo trazado”, y a 31 de agosto de 2018 el total de crédito dispuesto, incluidos los avales prestados, era de 41,1 millones de euros.
Pero quieren seguir disminuyendo de forma notable esa partida. De ahí que, de cara a 2019, señalen: “Nos debemos exigir para el próximo ejercicio un nuevo esfuerzo que permita acelerar el proceso de reducción del nivel de apalancamiento que expresa nuestro balance de situación”. Ese objetivo va acompañado de un aviso: si, como se prevé, los tipos de interés suben de forma destacada en los próximos meses, el PSOE notará el efecto negativo en sus costes financieros.
La amenaza de perder el poder
Junto a esa amenaza del aumento del coste de la deuda, el PSOE identifica otra: el ciclo electoral.
“Hay que mantener la firmeza en el control de la deuda para que el nuevo periodo electoral, que se ha iniciado con la convocatoria de elecciones en Andalucía, no altere, de manera sustancial, nuestra posición crediticia en el corto/medio plazo”, se propone el partido.
Las distintas citas electorales que se van a celebrar también suponen una amenaza para el equilibrio de las cuentas del PSOE. “La ejecución presupuestaria en 2019 y siguientes –dice el documento- podría verse afectada por los potenciales cambios que pudieran producirse en la posición de gobierno que hoy tiene el partido. Por ello la Comisión Ejecutiva Federal deberá prever mediante un análisis de sensibilidad los efectos derivados de aquellos, si es que llegaran a ocurrir”.
Además de las elecciones andaluzas de este domingo, 2 de diciembre, contemplan las autonómicas, municipales y europeas del 26 de mayo; y, además, la amenaza de un adelanto de las generales que planea sobre el Ejecutivo de Pedro Sánchez por la falta de apoyos parlamentarios.
El presupuesto, en el primer trimestre
Se estima que el Comité Federal del PSOE -máximo órgano entre congresos, que reúne a dirigentes y barones territoriales- apruebe el presupuesto en el primer trimestre de 2019, es decir, ya comenzado el año.
Antes, las federaciones autonómicas tendrán que haber enviado a Ferraz sus presupuestos en enero, y en febrero la Comisión Ejecutiva Federal aprobará el proyecto de presupuestos que tendrá que ratificar, como ya se ha indicado, el Comité Federal.
