Hacia un pucherazo electoral en Cataluña
Elecciones autonómicas en Cataluña. Ese parece ser el desenlace inevitable de la actual crisis causada por el desafío independentista. O bien porque las convoca Puigdemont por su cuenta, incluso con carácter constituyente; o bien porque la aplicación del artículo 155 culminará con esa convocatoria electoral.
En el primer caso, es decir que las promueva y organice la Generalitat, su celebración despierta intensas reticencias por lo que hace a la fiabilidad del proceso. Dicho más rápidamente: cabe la posibilidad de que se conviertan en un pucherazo.
Analistas que han estudiado el problema, que trabajan o han trabajado en Cataluña y por tanto conocen bien esa realidad, se temen que el Govern monte una farsa electoral, unos comicios falsificados.
Se apoyan para temerlo en el altísimo nivel de manipulación institucional que existe ya en Cataluña, donde se ha producido una quiebra democrática en el propio Parlament, con la marginación de las minorías y la aprobación por urgencia y sin debate de leyes de desconexión en contra de toda legalidad.
Y se acogen a todo lo ocurrido con ocasión del supuesto referéndum del 1 de octubre, celebrado sin las mínimas garantías, con censo universal, mesas irregularmente constituidas, papeletas aportadas desde casa, reiteración del voto, nulas garantías en el escrutinio, sin comisión electoral que certificara el resultado, etc.
Por si fuera poco, consideran que Puigdemont, su equipo y colaboradores, son ya un grupo fanatizado, capaz, por tanto, de todo para imponer sus objetivos.
Otro dato: el recuento oficial se realizará en el centro informático de datos... que controla la Generalitat.
Vista la determinación que muestran los separatistas, las tácticas irregulares utilizadas hasta ahora, el "todo vale" desplegado sin ningún remilgo... si la independencia está en juego, el pucherazo es, no solo posible, sino probable.
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