Qué cutrez
De las cosas que más me han llamado la atención sobre la conversación grabada en esa comida de la ministra de Justicia con el comisario Villarejo y Baltasar Garzón es oír cómo se expresan. Qué nivelón.
Este “te gusta y te pone”, aquel es “una nenaza”, el otro “es un siamés”. Los temas sexuales se abordan desde una perspectiva impudorosa y procaz. “Cerebro privilegiado el de ese cabrón”. “Prefiero un tribunal de hombres, Marlaska es un maricón”. Y así todo.
Entiendo que estas palabras se pronunciaron en un clima de confianza, distendido incluso. Por eso alguno está diciendo que nadie resistiría una grabación privada, de una comida con amigos donde ha circulado el alcohol de forma importante. En parte, es cierto. Pero tengo varias cosas que objetar:
-- No estoy de acuerdo en que en algunas cuestiones haya que distinguir entre la esfera pública, la privada y la íntima. Tampoco con que no se juzgue a la gente por el contenido de conversaciones privadas grabadas sin su consentimiento. Porque no me suena que se actuara así con aquel SMS privado de Rajoy a Bárcenas: "Luis, sé fuerte"... Y con razón, por cierto: aquel apoyo no tenía un pase, fuera privado o público. De ahí el enfado del presidente por su filtración.
-- Además, en esta conversación aparecen juicios sobre personas, enfoques jurídicos, posicionamientos profesionales, análisis de circunstancias… que no son de recibo. Ni siquiera en el contexto descrito, lo siento mucho. Es que esas cosas ni se piensan.
Es una conversación de taberna, grosera, barriobajera, chabacana, cutre y soez. Y el contenido dice mucho de quienes así se expresan: eso es lo grave. Parece que se han puesto el mundo por montera, que los límites entre los poderes del Estado no están muy claros. Eso, insisto, es lo más grave.
Por todo esto, la grabación de marras me retrotrae al pasado mes de junio, cuando Pedro Sánchez anunció la composición de su Gobierno. Me quedé sorprendido. Parecía un ejecutivo bastante pintón. Madre mía.
Alguien ha recordado ahora el titular de apertura del diario El País por aquellas fechas: “Rajoy dimite en el PP; Sánchez forma un Gobierno de expertos”. ¿Expertos? Máxim Huerta, Carmen Montón, Lola Delgado, la rectificada ministra de Defensa, la tesis doctoral del propio presidente…
Serán expertos en algo pero su ejemplaridad deja mucho que desear.
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