Y resulta que Pedro Sánchez derrotó a ETA
Como ya he comentado en alguna ocasión, desde hace años imparto clases a estudiantes de Periodismo, de tercer curso, sobre información y comunicación política.
Días atrás hablamos de la historia reciente de España, salió a colación el terrible secuestro de Ortega Lara (casi dos años enterrado un zulo bajo tierra), y me encontré con que los asistentes desconocían casi todo sobre ETA y la pesadilla que ha representado para este país durante tanto tiempo.
Unos días después se publicaba el informe de GAD3 'La memoria de un país. Estudio sobre el conocimiento de la historia de ETA en España', que refleja el enorme (¿y dramático?) desconocimiento de la población española sobre el origen y sobre las barbaridades cometidas por la banda.
La encuesta revela que el 63% de los españoles, y el 40% de los jóvenes, ya no habla del terrorismo de ETA. Además, 7 de cada 10 ciudadanos no saben quién es José Antonio Ortega Lara y el 40% no sitúa a Irene Villa como víctima de los pistoleros.
Seis de cada diez jóvenes no sabe identificar a Miguel Ángel Blanco, cuyo asesinato en 1997 dio paso al llamado Espíritu de Ermua. Más de la mitad no saben qué ocurrió en Hipercor de Barcelona, el atentado con coche bomba que provocó la muerte de 21 personas y heridas a otras 45.
Casi la totalidad de los encuestados (95%) desconoce el número de víctimas de ETA: 7.265 víctimas, entre ellas 864 muertos, según los datos del Ministerio del Interior.
ETA comunicó el cese definitivo de la actividad armada el 20 de octubre del 2011, aunque no entregó las armas, y en mayo de 2018 anunció su disolución.
Bueno, pues resulta que a ETA le derrotó un Gobierno socialista. Tal cual. Así lo vendió ayer, con espectacular frescura, Pedro Sánchez, durante el debate de la moción de censura presentada por Vox.
Se escuchó entonces en el hemiciclo una voz airada y dolorida. La de Teresa Jiménez Becerril, diputada del PP, que no puede olvidar que su hermano y la esposa de su hermano fueron asesinados por ETA.
Becerril ha protestado otras veces, frente a los intento de acallar y hacer olvidar a la banda terrorista, y contra la presencia de sus ‘sucesores’ en el Parlamento. Y el pasado 4 de enero se levantó contra Pedro Sánchez, que acababa de proclamar en el Pleno del Congreso que Zapatero y Rubalcaba fueron quienes terminaron con ETA.
En una de sus respuestas, la diputada explicó quiénes han derrotado a los terroristas: los españoles con sus manos blancas, los policías, los guardias civiles, las víctimas… todos nosotros. Ha sido una tarea colectiva, universal, de toda la sociedad, no obra de un Gobierno concreto. Apuntarse la hazaña es una desconsideración, cuando no una ofensa.
Y ahora, una vez más, de manera innoble, Pedro Sánchez se apuntó ayer la medalla de la derrota de la banda terrorista.
Si se agarra a que el abandono de las armas se produjo cuando en La Moncloa había un socialista, Zapatero, el anuncio de la disolución definitiva tuvo lugar con Mariano Rajoy en la presidencia. Y a nadie se le ocurriría decir que Rajoy y el PP han acabado con ETA.
Quizá es que Pedro Sánchez se apunta al famoso lema atribuido a Goebbels: “Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Que otros han formulado de otra manera: “Repítelo hasta que sea verdad”.
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