Una revista militar de Suiza critica la violencia callejera en Cataluña
La marcha de varios dirigentes independentistas catalanes a otros países europeos para eludir las investigaciones judiciales tuvo también como objetivo “internacionalizar” el proceso secesionista, y dar a conocer fuera de España las reivindicaciones del independentismo.
Carles Puigdemont, Toni Comín, Meritxell Serret y Lluís Puig se encuentran en Bélgica, Clara Ponsatí en Reino Unido (en Escocia), y la secretaria general de ERC Marta Rovira y la ex diputada de la CUP Anna Gabriel residen en Suiza.
Precisamente de Suiza es la revista ‘Revue Militaire Suisse’, que según ha podido comprobar El Chivato, publica en su último número -el 05 de 2020- un artículo titulado “Guerrilla urbana en Barcelona, octubre de 2019”.
El autor es François Meylan. Este suizo con orígenes familiares en España fue policía, militar y miembro del servicio de inteligencia militar de su país. Ahora es empresario y dirige la asociación “Catalunya peuple de Espagne”, con la que trata de combatir el relato del independentismo en Suiza y otros países europeos.
Con la ayuda de informaciones aportadas por Politeia, una asociación de mossos, policías locales, policías nacionales y guardias civiles de Cataluña contra la independencia, Meylan explica a lo largo de tres páginas los antecedentes que condujeron al estallido de violencia callejera en octubre de 2019 en Cataluña.
Destaca el protagonismo de los Comités de Defensa de la República (CDR), de los que señala su paralelismo con los comités del régimen cubano para controlar a la población, en los más de diez días de “acoso permanente” a las Fuerzas de Seguridad: “Encapuchados, armados con tirachinas, adoquines, barras de hierro, cócteles molotov, lanzadores de proyectiles como bolas de acero, asaltaron distintos barrios y arterias clave” de Barcelona, asegura.
El artículo publicado en ‘Revue Militaire Suisse’ describe también el papel de ‘Tsunami Democràtic’, la organización que a través de Telegram fue dirigiendo algunas de las acciones de protesta, como el intento de bloqueo del Aeropuerto Josep Tarradellas-El Prat de Barcelona en cuanto se conoció la sentencia del Tribunal Supremo por la intentona secesionista de 2017.
François Meylan explica con detalle las técnicas de los radicales que quemaban contenedores para atraer los furgones de los antidisturbios, para rodear a los agentes, atacarlos y huir rápidamente para continuar la “guerrilla urbana” en otro punto.
Hace recuento de los 288 agentes de las Fuerzas de Seguridad que resultaron heridos, y también de las decenas de detenidos y los 28 encarcelados por estos sucesos. No ahorra detalles, como que un grupo de violentos abrió el depósito de gasolina e intentó prender fuego a un furgón de los Mossos con los agentes dentro.
El artículo termina denunciando que fue en Suiza donde, según el diario Le Temps, nació ‘Tsunami Democràtic’, en una reunión celebrada en Ginebra en agosto de 2019 entre Carles Puigdemont, Quim Torra y Marta Rovira.
“Habría razones para preguntarse qué responsabilidad tiene Suiza”, señala Meylan, que lamenta que las autoridades de su país miren para otro lado y permitan esas actividades en su territorio, cuando su propio código penal castiga con penas de cárcel a quien intente, mediante la violencia, cambiar la constitución de la Confederación Helvética o de alguno de sus cantones, o separar un territorio del conjunto.
Desde Politeia, la asociación catalana de policías que ha asesorado al autor del artículo, señalan que un buen número militares y también políticos suizos leen la revista ‘Revue Militaire Suisse’. Es la publicación oficial de la ‘Société suisse des officiers’, una asociación que reúne a más de 20.000 oficiales en activo y retirados del ejército suizo.
Las fuerzas armadas suizas son bastante amplias en relación a la población del país. Están compuestas por un pequeño porcentaje de soldados profesionales y un grueso de ciudadanos que realizan el servicio militar obligatorio y un entrenamiento periódico, en un sistema de milicias muy particular con el que Suiza garantiza su defensa al mismo tiempo que mantiene su neutralidad internacional.
