Un rey en el primer tiempo de saludo

Como es habitual, y común también otros países, los actos del Día de la Hispanidad tuvieron un perfil claramente castrense, con los honores a la bandera, el recuerdo a los caídos por España y finalmente el desfile terrestre y aéreo.

Presidiéndolos y protagonizándolos, el rey Felipe, con uniforme de gala de la Armada, que es el que este año 'tocaba' en la rotación con Tierra y Aire.

Felipe VI volvió a mostrar su condición de militar por formación, con la compostura, marcialidad y propiedad con que se movió y actuó en los distintos momentos. Verle en la primera posición de saludo mientras sonaba el Himno Nacional, por ejemplo, mostraba a las claras que aquella educación adquirida como alumno de las tres academias forma ya parte de su personalidad.

Por eso, casi dan ganas de comentar: menos mal que el entonces príncipe heredero pasó por las academia militares, porque, en caso contrario, habría sido difícil que cumpliera con esas obligaciones de forma tan apropiada.

Lo cual trae a colación una cuestión espinosa, que afecta a la heredera, a la princesa Leonor, y a su educación de futuro.

Es conocido que en La Zarzuela tienden a 'repetir' en lo posible el tránsito de su padre, con la elección del Colegio Rosales y la previsible voluntad de que Leonor estudie en una Universidad (en principio española), y de que realice también un máster en el extranjero. Pero el punto de debate tiene que ver con la formación militar que vaya a recibir.

No parece probable que se repita exactamente el modelo de convertirla en cadete-alumna de las tres academias, pero sí es más que posible que reciba alguna formación castrense específica, de modo que, cuando sea jefe del Estado y comandante de los ejércitos, tenga nociones básicas de qué son las fuerzas armadas y pueda desempeñarse con propiedad en actos como el Día de la Hispanidad. En mi opinión, mal no le vendrá.

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