“Salvar a Carlos Torres”: consigna en BBVA ante la junta de accionistas del caso Villarejo

Movilización de consejeros para apaciguar a los inversores institucionales y mensajes a las sucursales para que los minoritarios deleguen su voto

Francisco González y Carlos Torres en la Junta General de Accionistas del BBVA.
Francisco González y Carlos Torres en la Junta General de Accionistas del BBVA.

BBVA prepara estos días su junta de accionistas más tormentosa de los últimos años. Carlos Torres se estrena como presidente con la imagen del banco muy deteriorada como consecuencia de la investigación judicial e interna abierta por las supuestas escuchas ilegales y espionaje masivo a políticos y empresarios entre 2004 y 2005.

Torres tendrá que dar cuenta a los accionistas de los avances del análisis que la entidad viene realizando desde el pasado mes de junio y que, hasta la fecha, no ha encontrado pruebas que apunten a indicios de delito por la denominada “causa Tandem”, vinculada al ex comisario Villarejo, que instruye la Audiencia Nacional desde mayo.

Para acelerar las pesquisas, BBVA contrató a PwC y Uría, reforzando así el papel llevado a cabo hasta entonces por Garrigues.

Sin conclusiones del caso Villarejo y FG

Previsiblemente, Carlos Torres se presentará este viernes ante la junta de accionistas sin las conclusiones del “caso Villarejo”. Pese a que tiene abierta una investigación interna desde mediados de 2018, no quiere dar detalles porque la que lleva a cabo PwC todavía no ha concluido.

Por ello, altos ejecutivos de BBVA, a los que ha tenido acceso Confidencial Digital, reconocen que lo que debía ser el estreno de Carlos Torres ante los accionistas como flamante nuevo número uno del banco se ha convertido en “toda una pesadilla”.

Reelección como consejero del banco

Pese a que la junta no tiene potestad para ratificar al presidente, porque corresponde al consejo de administración, Carlos Torres sí debe recibir justamente en esta convocatoria el visto bueno de los accionistas para renovar como consejero.

Torres se escudará en la investigación abierta para no dar detalles ni tomar aún ninguna decisión respecto al futuro de FG. No obstante, el equipo del presidente es consciente de que tiene que ofrecer una explicación a los accionistas para que confíen en él.

No se pasa por alto que la votación es el último punto del orden del día, por lo que si la respuesta es demasiado ambigua, el castigo de los accionistas presentes en la junta general del próximo viernes en Bilbao puede ser muy destacada.

Evitar un voto de castigo a su gestión

BBVA tiene un capital muy atomizado -solo hay un accionista con más del 3%, el fondo Blackrock con el 5,9%-, por lo que aunque no sea fácil tumbar una propuesta del consejo, sí que es posible un voto de castigo. Es decir, menos votos a favor que las grandes mayorías habituales en este tipo de compañías.

 

Al igual que sucede en el Santander, la mayor parte del capital del BBVA está diluido. El mayor accionista es BlackRock con el 4,508%. Barclays (2,9%), Société Générale (2,9%), The Bank of New York International Nominees (2,9%), UBS (2,2%) y JP Morgan (1,92%) también figuran como accionistas significativos. El 82,672% restante forma parte del capital flotante susceptible de ser negociado en Bolsa.

El voto de castigo también puede producirse sobre la aprobación de las cuentas y la gestión de 2018 y de la política de remuneraciones.

Mensajes de calma a los inversores institucionales

Altos ejecutivos del banco aseguran a ECD que “Carlos Torres ha puesto patas arriba a BBVA para salvarse, en la próxima junta de accionistas, de un duro castigo por la gestión del caso Villarejo”.

Ha movilizado a consejeros y altos ejecutivos para apaciguar a los inversores institucionales. Algunos grandes inversores institucionales, presentes en el capital del banco, ya están trasladando su malestar a la entidad.

Temen que sufra daño en su reputación cuando se conozcan los resultados de la investigación sobre las escuchas supuestamente contratadas al ex comisario Villarejo bajo la presidencia de Francisco González.

A estos inversores les gustaría acabar cuanto antes con este riesgo, que está bajo la mirada del BCE y de los tribunales.

Que los clientes accionistas deleguen su voto

Por si esto fuera poco, los directores de sucursales tampoco son ajenos al “ambiente de nerviosismo” que se vive estos días en el banco.

Están recibiendo la consigna de que deben conseguir delegaciones de voto de los clientes que, además, sean accionistas del banco. La gran mayoría de minoritarios, o bien no votan o bien delegan el voto en el consejo, a cambio de un obsequio, lo que da ventaja a la dirección.

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