Sentencia del 1-O, Irak, los recortes de Bruselas: las claves ocultas del “no” de Sánchez a Iglesias

“Si la investidura depende de que Podemos tenga ministerios, no saldrá adelante la investidura”. Así de contundentes se muestran en Moncloa y en Ferraz, para responder al ultimátum de Pablo Iglesias, que insiste en una coalición de Gobierno como condición para votar a Pedro Sánchez. Los socialistas no le quieren dentro del Ejecutivo porque sus posiciones “lo harían saltar por los aires en unos meses”.

Según explican al Confidencial Digital dirigentes nacionales del PSOE que mantienen interlocución directa con Sánchez, el presidente del Gobierno tiene decidido, desde hace tiempo, que Iglesias no entre en el futuro Consejo de Ministros. Su incorporación, afirman desde Moncloa, “ni blinda una mayoría absoluta, ni da certezas de estabilidad para cuatro años”.

El escenario, reconocen en el Ejecutivo, habría sido diferente si la suma de los dos partidos hubiera obtenido 176 escaños. En ese caso, “nos tendríamos que haber entendido”, y entonces “era lógico por su parte exigir una coalición”. Pero no se han dado esas circunstancias, y el PSOE se ha armado de argumentos para vetar a Iglesias.

Existen “diferencias insalvables”

Como se ha dicho en las últimas semanas, Sánchez está dispuesto a pactar con el líder de Podemos la incorporación de ministros independientes, e incluso incluir a representantes de la formación morada en distintas escalas de la Administración. Pero, insisten las fuentes consultadas, “Iglesias no puede entrar en el Gobierno”.

El argumento decisivo para esa negativa es que, a la vista de los retos que deberá afrontar el nuevo Ejecutivo, existen “diferencias insalvables de criterio” entre el PSOE y Podemos que harían peligrar la estabilidad del Gobierno. Ante esas divergencias, “Pablo podría actuar por su cuenta, o decidir romper, y hacer caer al Ejecutivo de manera fulminante”.

El juicio del procés

Según el análisis de Pedro Sánchez, el primer gran choque con Pablo Iglesias, en el caso de un hipotético Gobierno de coalición, se produciría a propósito de la sentencia del juicio del procés.

Desde Moncloa dan por hecho que Junqueras y el resto de políticos catalanes presos serán condenados, como mínimo, por malversación y conspiración para la sedición, sin descartar también el delito de rebelión. Una sentencia que, afirman, “en Podemos no acatarían”, lo cual provocaría una gran crisis en el Gobierno.

Las fuentes consultadas consideran también que “Iglesias pedirá el indulto desde el minuto uno”, y lanzará mensajes de apoyo constante a los que él sí que denomina “presos políticos”: una actitud “incompatible” en el caso de un miembro del Gobierno.

Además, no se descarta que quisiera volver a entrevistarse con Junqueras en la cárcel. Un gesto, afirman desde el Ejecutivo, que “es respetable si solo eres representante de tu propio partido político, pero que no se puede mantener siendo integrante del Consejo de Ministros”.

Los compromisos con la OTAN en Irak

Otro foco de conflicto seguro con Pablo Iglesias, que ya anticipan desde el entorno de Pedro Sánchez, vendría provocado por los compromisos con la OTAN adquiridos durante estos meses por el Gobierno de España, y su aplicación en el último trimestre del año.

España mantendrá la participación en la misión de la OTAN en Irak, la llamada NMI (NATO Mission Irak), que se puso en marcha a principios de año, y que tiene como objetivo la estabilización del país tras la guerra, así como el adiestramiento y asesoramiento a las fuerzas de seguridad locales.

Defensa envió un contingente de 500 militares al país, y su presencia se verá renovada el próximo otoño. Podemos ya presentó en el Congreso objeción a ese plan, por lo que “supondría un problema importante si entrasen en el Gobierno”.

Por otra parte, España acaba de sumarse a un nuevo proyecto de la OTAN dirigido a comprar y compartir munición marítima con otros siete países. Un plan que se desarrollará en los próximos meses, y que tampoco cuenta precisamente con las simpatías de Podemos.

Y Bruselas exigirá recortes

El tercer gran choque que se produciría, en caso de un Gobierno de coalición con Podemos, tiene que ver con el plan de ajustes que el Ejecutivo tendrá que acometer, sí o sí, para la elaboración de los Presupuestos de 2020.

Después de dos años de prórroga presupuestaria, incumpliendo además el objetivo de déficit, “Bruselas exigirá a España recortes de gasto. El FMI situó la desviación en 12.000 millones, y deberemos tomar medidas que, seguro, no gustarían a Podemos”.

Pablo Iglesias, de hecho, anunció que, con su entrada en al Consejo de Ministros, se aprobaría una renta mínima universal que, a día de hoy, “sería inasumible”.

Además, la exigencia de una mayor inversión en Defensa, para cumplir la hoja de ruta marcada por la OTAN, y que llegará a un gasto del 2% del PIB en 2024, también puede convertirse en otro foco de conflicto: “Estamos a la cola de los países aliados en inversión, hay que hacer algo, pero Iglesias se opondría tajantemente”.

“Es una decisión personal”

Por todo lo expuesto, “queda claro que no es posible un Gobierno de coalición con Podemos”.

Una conclusión, afirman desde el PSOE, a la que tendría que llegar también Pablo Iglesias: “Debe ser consciente de que sus demandas no se van a cumplir. Y, si entrara en el Ejecutivo, él sería responsable de no haber logrado lo que él reivindicaba”.

El líder de Podemos, en todo caso, se halla “preso” de sus propias palabras: “Durante la campaña marcó unas expectativas altísimas, aseguró que estaría en el Gobierno, y ahora considera que no puede dar un paso atrás porque eso pondría en cuestión su liderazgo”.

Sin embargo, dicen las fuentes consultadas, “él era consciente de que esa coalición era casi imposible”. Y ahora se ha cerrado en banda: “Ha tomado la decisión, totalmente personal, de morir matando, con su exigencia de entrar en el Gobierno. Y parece que de ahí no le vamos a sacar”.