Los servicios de información admiten cambios profundos en la lucha antiterrorista tras los atentados de Barcelona

El 17-A se cometieron graves fallos de coordinación a los que se ha puesto remedio: protocolo conjunto de actuación y ficheros compartidos

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Guardia Civil y Mossos d'Esquadra se llevan al detenido en Ripoll por su presunta implicación en el atentado de Barcelona.

Trece años después de los atentados yihadistas del 11-M en Madrid, el pasado 17 de agosto Barcelona y Cambrils se convirtieron en escenario de nuevos ataques del islamismo radical, esta vez con la firma del Daesh. Y, como pasó tras la masacre de Atocha, los servicios de información han impulsado profundos cambios en la lucha antiterrorista.

Así lo confirman al Confidencial Digital mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil que, no obstante, dejan claras las diferencias existentes entre los atentados de 2004 y los del año pasado: “Lo ocurrido en Madrid hizo que ampliáramos nuestro campo de visión. Ya no solo existía ETA y tuvimos que crear unidades especializadas en este nuevo terrorismo”.

Las transformaciones llevadas a cabo en los servicios de información de ambos cuerpos fueron imitadas, a posteriori, en otros países: “Gran Bretaña y Francia fueron las siguientes en adaptarse a la nueva amenaza”. Así, “España se convirtió en ejemplo, pero los atentados de Barcelona demostraron que aún había detalles por pulir”.

“Cada uno iba por su lado”

En este sentido, las fuentes consultadas explican que, en los últimos años, además de la Policía y la Guardia Civil, otros cuerpos autonómicos, como los Mossos d’Esquadra y la Ertzaintza, desarrollaron su propia estructura contra el terrorismo yihadista, pero “el problema estaba en que cada uno iba por su lado”.

A pesar de que desde Interior se impulsaron reuniones entre los diferentes cuerpos para “estar al día” de lo que “investigaba cada uno”, lo sucedido hace un año en Barcelona y Cambrils “nos demostró que existía una gran descoordinación y falta de cooperación” entre los servicios de información de cada cuerpo.

Esta fue, de hecho, la principal conclusión de un informe realizado por mandos de Policía y Guardia Civil, a raíz de estos atentados, para detectar los fallos cometidos antes, durante, y también después de los ataques.

Las fuentes consultadas ponen como ejemplo de esa falta de “colaboración” la decisión de los Mossos d’Esquadra de no avisar ni al Instituto Armado ni al Cuerpo Nacional de la explosión en Alcanar, y la negativa de la policía autonómica a que los TEDAX de la Guardia Civil analizaran los restos de la explosión. Una decisión que “impidió movilizar a los servicios antiterroristas ante la inminencia de un atentado”.

Se ha logrado una “unidad” en la actuación

Tal y como se publicó en estas páginas hace casi un año, el informe de fallos cometidos sirvió para impulsar un nuevo protocolo de actuación, con el objetivo de mejorar la coordinación y la respuesta conjunta ante el terrorismo yihadista.

Así, se ha establecido que cualquier tipo de detención que se vaya a realizar contra una célula o cualquier sospechoso sea “notificada” a los diferentes cuerpos. Se persigue “no dejar fuera a nadie” y evitar que “se pise una investigación abierta”.

 

Además, añaden, se ha abierto la puerta a que agentes de varios cuerpos puedan integrar una “única policía judicial” en caso de que haya una causa abierta contra cualquier yihadista y se necesiten más pruebas: “La idea es que se pueda trabajar de forma conjunta”, añaden.

Todo el poder para el CITCO

Esa mayor coordinación entre Policía Nacional, Guardia Civil, Mossos d’Esquadra y Ertzaintza ha sido posible, fundamentalmente, al “poder” que desde el Ministerio del Interior se le ha atribuido al Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO).

Este organismo, que integra también a funcionarios de Instituciones Penitenciarias, miembros de las Fuerzas Armada y personal del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y de Vigilancia Aduanera, se ha convertido en el “principal canalizador de información antiterrorista”, para que “todos sepamos lo mismo y al mismo tiempo”.

Según explican las fuentes consultadas, “ahora todo pasa por el CITCO”, por lo que cualquier información lograda por uno de los cuerpos se remite directamente al Centro para que éste, a su vez, lo integre en una base de datos en las que están presentes los responsables de la lucha antiterrorista del resto de fuerzas y cuerpos de seguridad.

La colaboración, por tanto, “es ahora mucho más estrecha” gracias a la “implicación de todos”, incluidos los Mossos d’Esquadra: “Ha habido un cambio importante en su mentalidad. Y las relaciones son mucho mejores”.

A la caza del “artificiero del Daesh”

Si la interlocución entre Policía Nacional, Guardia Civil, Mossos y Ertzaintza ha mejorado notablemente en el último año, la colaboración con los servicios de información antiterrorista de Francia y de Marruecos es también “muy intensa”.

Ambos países han colaborado en operaciones anti-yihadistas realizadas en España y, además, están implicados de lleno en la búsqueda del llamado “artificiero del Daesh”, un experto en la fabricación de explosivos con el que se sospecha que se reunió Abdelbaki es Satty, el imán de Ripoll en París para preparar la conocida “madre de Satán” en el chalet de Alcanar.

Las fuentes consultadas por ECD explican que todavía hoy se sigue analizando la documentación encontrada en el chalet y también en la vivienda de Es Satty.

De momento, afirman, no se han encontrado pruebas contra ningún otro posible yihadista y, teniendo también en cuenta las declaraciones de los dos terroristas encarcelados, “la célula del atentado fue totalmente disuelta” por la actuación policial.

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