Los servicios de inteligencia alertan: agencias extranjeras montan operaciones para desprestigiar a las Fuerzas Armadas

El último Informe Anual de Seguridad Nacional señala un notable incremento de las “operaciones de subversión” dirigidas a deteriorar la imagen de los militares ante la ciudadanía

Izado de la bandera de España por militares en la Plaza de Colón, en Madrid.
Izado de la bandera de España por militares en la Plaza de Colón, en Madrid.

Las agencias de espionaje de potencias extranjeras tienen cada vez más interés en España, por lo que están aumentando tanto su presencia como su actividad en nuestro país. Uno de los ámbitos en los que trabajan algunos de estos servicios es el deterioro de la imagen de las Fuerzas Armadas ante los españoles.

Esta es una de las conclusiones que se recogen en el Informe Anual de Seguridad Nacional 2019, que fue aprobado en la reunión del Consejo de Seguridad Nacional presidida por el rey el pasado 4 de marzo, y que respecto a otros años se ha retrasado en su publicación, tal y como se contó en estas páginas.

Confidencial Digital ha consultado este informe, que elabora cada año el Departamento de Seguridad Nacional que dirige el general Miguel Ángel Ballesteros y depende del Gabinete de la Presidencia de la Presidencia, bajo el mando de Iván Redondo.

En la redacción del documento participan casi todos los ministerios, por supuesto Defensa e Interior, pero también Asuntos Exteriores, Presidencia, Justicia, Hacienda, Economía, Fomento, Educación, Trabajo, Industria, Agricultura, Política Territorial, Sanidad, Transición Ecológica, Cultura, Ciencia, así como el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

Más movimientos de espías extranjeros

El Informe Anual de Seguridad Nacional analiza la situación de la seguridad de España desde quince enfoques distintos: defensa nacional, lucha contra el terrorismo, lucha contra el crimen organizado, no proliferación de armas de destrucción masiva...

Uno de estos ámbitos es el de la contrainteligencia, que tiene por objetivo “adoptar medidas en la defensa de los intereses estratégicos, políticos y económicos de España para prevenir, detectar y neutralizar las agresiones encubiertas, incluidas las efectuadas desde el ciberespacio, procedentes de otros Estados, de sus Servicios de Inteligencia o de grupos o personas, y que esté dirigidas a la obtención ilegal de información”.

En este terreno, el informe destaca que “en 2019 varios Servicios de Inteligencia han ampliado su presencia en España”. No identifica ni da pistas sobre qué servicios son, ni especifica si son servicios de países aliados o más bien ‘hostiles’, pero sí que ha habido un “notable incremento” de las actividades de estos espías extranjeros en España.

Contra la imagen de las Fuerzas Armadas

Hay una actividad concreta que aumentó en 2019 en lo que se refiere al área de la contrainteligencia. En el Informe Anual de Seguridad Nacional se asegura que “se ha producido un notable incremento en operaciones relacionadas con subversión, dirigidas a deteriorar la imagen que tiene la ciudadanía española sobre las Fuerzas Armadas”.

Esto entraría dentro de lo que la OTAN agrupa con el concepto TESSCO: Terrorismo, Espionaje, Sabotaje, Subversión y Crimen Organizado. De hecho, según el “Glosario de terminología de uso conjunto” del Estado Mayor de la Defensa, la contrainteligencia engloba tanto las “actividades destinadas a identificar y contrarrestar las amenazas provenientes de los servicios de inteligencia hostiles (SIH)”, como las que tratar de neutralizar las amenazas de “otras organizaciones o individuos involucrados en terrorismo, espionaje, sabotaje y subversión y crimen organizado (TESSCO)”.

 

En el Informe Anual de Seguridad Nacional de 2019 no se citan ejemplos, ni se dan más datos ni de quién está detrás de esas operaciones, ni de cómo se ha tratado de deteriorar la imagen que tiene la ciudadanía española sobre las Fuerzas Armadas.

Un ejemplo de campaña contra la imagen de los militares, por ejemplo, fue la que se suscitó a raíz del cruce de manifiestos que firmaron miembros de las Fuerzas Armadas en situación activa, de reserva y de retiro, en defensa de la figura militar de Franco, así como en contra del dictador, que tuvo lugar en 2018 a raíz del anuncio de la exhumación de sus restos mortales del Valle de los Caídos.

Los reportajes de Russia Today

Del año 2019, ECD ha podido saber que en los servicios de inteligencia no pasó inadvertida la serie de reportajes que publicó la edición española de RT (Russia Today).

Varios informes de la Unión Europea y de países occidentales señalan a este medio como parte de la estrategia de propaganda internacional del Kremlin. RT y otras webs como Sputnik no sólo ofrecen una imagen favorable sobre el gobierno ruso y sus aliados, sino que también ha sido acusado de difundir ‘fake news’ y campañas de desinformación sobre asuntos internos de países occidentales; en el caso de España, por ejemplo con el referéndum independentista en Cataluña.

Durante varios días de diciembre de 2019, RT publicó unos reportajes bajo el título “La otra cara del Ejército español”, en los que se recogían denuncias sobre la expulsión y la situación de abandono de militares que quedaban discapacitados por accidentes en operaciones o en maniobras, y casos de acoso sexual y por razón de sexo a mujeres militares. Se recopilaban casos ya conocidos y denunciados, como el de la comandante Zaida Cantera.

Esa insistencia en el tema durante varias semanas llamó la atención en ambientes de los servicios de inteligencia. Este tipo de publicaciones podrían encajar entre esas campañas que persiguen desprestigiar a las Fuerzas Armadas y que se detectaron en 2019.

Las bases de datos y la captación

El capítulo sobre “Contrainteligencia” del Informe Anual de Seguridad Nacional de 2019 señala también, en lo que se refiere a las Fuerzas Armadas, cuáles son sus retos próximos. “Para las Fuerzas Armadas y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la principal amenaza detectada en relación a los HOIS [servicios de inteligencia hostiles, en las siglas en inglés de Hostile Intelligence Services] es el acceso a la información de alto valor contenida en las bases de datos militares y policiales mediante la aproximación a miembros de estas organizaciones”.

La captación de españoles por agencias de espionaje es un problema creciente, ya que el epígrafe de “Contrainteligencia” comienza asegurando que “en los últimos años se han detectado intentos de aproximación y captación sobre ciudadanos españoles y extranjeros, vinculados con actividades desarrolladas en los ámbitos políticos, religiosos y empresariales o bien relacionados con instituciones de las que España forma parte”.

Por ello, se destaca que el reto para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) es “la detección de los intentos de reclutamiento de ciudadanos españoles, sobre todo en instituciones vinculadas con la Seguridad Nacional y con organismos supranacionales fuera de España”.

Diplomáticos y periodistas espías

Como se ha indicado antes, el informe revela que ciertos servicios de inteligencia extranjeros están aumentando sus movimientos en España. Además de observarse un incremento de su presencia y actividades, se sabe que algunas agencias de espionaje están aumentando los “intentos de adquisición de información en los ámbitos científico y tecnológico”.

El informe recoge incluso los perfiles de estos espías que actúan en España: “Es destacable la utilización de coberturas diplomáticas, empresariales o periodísticas”.

Todo este interés de potencias extranjeras por nuestro país está obligando a los servicios de inteligencia españoles a “realizar un importante esfuerzo en la detección y neutralización” de las actividades de estas agencias extranjeras, es decir, que la contrainteligencia ocupa cada vez más a los servicios de información e inteligencia.

De hecho, el informe incluye un gráfico elaborado a partir de datos del CNI, sobre lo que se denomina “Índice de actividad de los Servicios de Inteligencia extranjeros”.

Este índice oscila en torno al 100, por encima y por debajo. Se observa una tendencia creciente desde 2013, con un 86; en 2014 subió a 91; en 2015, a 97. En 2016 hubo una pequeña caída a 95, pero en 2017 -año del referéndum independentista en Cataluña- repuntó a un máximo de 107.

En 2018 volvió a bajar a 100, y el pasado año 2019, el año que analiza este informe, volvió a elevarse a 103.

Índice de actividad de los servicios de inteligencia extranjeros.

En torno al procés en Cataluña

El caso de Cataluña y del proceso independentista es también citado en los “Retos” sobre contrainteligencia. Ahí se destacan como especialmente relevantes las llamadas “operaciones híbridas” para desestabilizar e influir que llevan a cabo en España los servicios de inteligencia hostiles.

Estos servicios de espionaje hostiles “habrían comenzado a incrementar su actividad en España con anterioridad a la crisis de Cataluña”, en coherencia con un mayor dinamismo advertido en otros países occidentales (Alemania, Estados Unidos, Francia y Reino Unido), centrando sus acciones en campañas de desinformación que ponen el foco en cuestiones de política interna, especialmente desarrolladas en el ámbito cibernético”.

Estas acciones encajarían con el hecho de que “se ha detectado un incremento de las actividades realizadas por otros Estados, que tienen como objetivo influir en los procesos políticos y sociales que se desarrollan en Europa y también en España”.

Desestabilizar e influir en las elecciones

Entre las actividades para “minar la estabilidad e influir en política interna” que la inteligencia de otros países está desarrollando en España destacan por su importancia las acciones de desinformación “desplegadas principalmente en las grandes plataformas de comunicación online, redes sociales y también en espacios digitales”.

El Informe de Seguridad Nacional alerta del “potencial de desestabilización política” de estas acciones de desinformación, sobre las que añade que “pretenden desacreditar a las instituciones democráticas a través de la generación de desconfianza y polarización social, que alientan respuestas radicales e ideologías extremistas”.

Y confirma, de nuevo sucintamente y sin dar más datos, que “en las diversas convocatorias electorales de 2019 [hay que recordar que hubo elecciones generales en abril, municipales, autonómicas y europeas en mayo, y de nuevo generales en noviembre] se han detectado actividades de manipulación informativa, que, sin embargo, no han constituido campañas sostenidas o masivas de desinformación”.

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