“Yo soy el presidente”. La respuesta de Sánchez a las críticas de los ministros por mantener las comparecencias semanales

En la última reunión del Gobierno le plantearon que terminen esas citas porque ahora “corre más riesgo de meter la pata que de acertar” y respondió que seguirán mientras haya estado de alarma

Pedro Sánchez, en una comparecencia en el Palacio de la Moncloa.
Pedro Sánchez, en una comparecencia en el Palacio de la Moncloa.

Pedro Sánchez ha dado un golpe de autoridad y ha acallado las críticas de los ministros a sus comparecencias semanales en La Moncloa. Ha trasladado en la última reunión del Ejecutivo que no piensa renunciar a su aparición televisiva mientras dure el estado de alarma porque –dijo- “yo soy el presidente del Gobierno”.

Así las cosas, Sánchez continuará compareciendo cada semana ante la opinión pública para informar de la evolución de la pandemia. Al menos mientras dure el estado de alarma. Las críticas internas de algunos miembros del Gobierno no han hecho cambiar los planes del presidente.

La brecha entre el equipo de Sánchez en Moncloa y el resto de los ministerios ha ido creciendo a medida que avanzaba la crisis del coronavirus. Algunos miembros del Gobierno, todos de procedencia socialista, están cada vez más descontentos con la influencia de Pablo Iglesias en las decisiones del presidente y su círculo de confianza.

De hecho, según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de la situación, hay un grupo de ministros, de evidente peso político, que en las últimas semanas no ocultan en privado su malestar por no ser informados de las principales decisiones que se toman.

Ese círculo incluye a Nadia Calviño. Pero se citan también los casos, también de la facción socialista del Ejecutivo, de la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, la ministra de Industria, Reyes Maroto, o el de Seguridad Social, José Luis Escrivá.

La desconexión entre Moncloa y los ministros

La desconexión entre el equipo de Moncloa y el resto de ministros ha acabado afectando al propio sistema de toma de decisiones. En varios departamentos señalan, por ejemplo, que algunos representantes de áreas importantes, como la económica, se han encontrado con un decreto o una medida para firmar sin antes haberla debatido con nadie.

Reprochan a Moncloa tener que lidiar con sectores afectados por la pandemia sin tener, sin embargo, los poderes necesarios para resolver sus demandas o inquietudes.

En lugar de atender a las necesidades de los sectores más castigados, los españoles se encuentran –explican- ante ruedas de prensa del presidente “huecas, enlatadas y plagadas de contradicciones y anuncios” que, según reconocen en los ministerios más molestos, “luego no somos capaces de cumplir o rectificamos tres veces”.

Se debatió cancelar las comparecencias

Fuentes con acceso a La Moncloa explican a ECD que la conveniencia de mantener o no las comparecencias semanales de Sánchez fue uno de los asuntos que se debatió en la última reunión del Consejo de Ministros del pasado martes, la primera presencial desde mediados de marzo.

 

Con la gestión de la desescalada ya en manos de los presidentes autonómicos, algunos ministros defendieron que el Gobierno “corre ahora más el riesgo de meter la pata que de acertar con tanta rueda de prensa”, critican.

“No se trata de salir por salir, para colgarse medallas, es necesario aportar novedades. Si no, la gente desconecta y se empieza a dar síntomas de agotamiento”, añaden.

“Yo soy el presidente del Gobierno”

Pero en el equipo del presidente no lo ven de esa manera y el propio Sánchez justificó el pasado martes ante sus ministros sus apariciones televisivas de forma tajante: “yo soy el presidente del Gobierno”.

El PP las ha llamado “homilías” y se ha referido a ellas con un “Aló, presidente”, en alusión a la larguísimas intervenciones de Hugo Chávez y Nicolás Maduro en la televisión venezolana. Pero en Moncloa defienden que es “absolutamente necesario”, e incluso “obligado”, que Pedro Sánchez comparezca una vez a la semana para dar cuenta de las medidas que se toman.

No ven problema en que el presidente explique la “tarea fundamental” en la que trabaja el Gobierno, y que lo haga también, como ha ocurrido en las últimas semanas, tras reunirse los domingos con los líderes autonómicos, que son las “máximas autoridades del Estado” en sus territorios.

Estas comparecencias comenzaron el 12 de marzo, dos días antes de que se decretase el estado de alarma, y desde entonces han continuado tras algún Consejo de Ministros, pero siempre en fin de semana, como paso previo a la Conferencia de Presidentes que, también desde el inicio de la crisis, se celebra cada domingo.

Por lo tanto, Sánchez ha confirmado a su gabinete que seguirá apareciendo en rueda de prensa los domingos, de la misma manera que continuará convocando a los presidentes autonómicos ese día.

La única cesión que ha realizado el presidente del Gobierno en todo este tiempo es trasladar su aparición televisiva del sábado al domingo tras las quejas de algunos líderes autonómicos, que protestaron por ser convocados a una reunión para que Pedro Sánchez les comunicase lo que ya había anunciado a la opinión pública el día anterior.

 “Han perdido el contacto con la realidad”

La improvisación y los errores en algunas comparecencias del presidente han terminado por desesperar a buena parte del Consejo de Ministros. No es tanto esta vez una división entre PSOE y Podemos, que también; sino una ruptura entre La Moncloa y el resto. Algunos de ellos hablan directamente de “gestión chapucera”.

En esa élite que algunos miembros del Gobierno ven alejada de la realidad que vive el país se encuentra también el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias.

“Pedro Sánchez tiene tendencia a tomar decisiones por libre, sin contar casi con nadie. Siempre le ha costado consultar y preguntar, salvo a su reducido círculo de asesores de confianza en La Moncloa”, añaden.

Los ministros ya han ido retirándose

Recuerdan que, desde hace un mes, el ritmo de las ruedas de prensa diarias de los ministros se ha rebajado. En las primeras y peores semanas de la crisis, lo normal era que hubiera dos diarias, de mañana y tarde, con dos miembros del Gobierno en cada una.

En cambio, la Secretaría de Comunicación comunicó el pasado 6 de mayo que, salvo por el Consejo de Ministros de los martes o de los viernes en caso de reunión extraordinaria, “lo habitual en lo sucesivo” es que no hubiera más ruedas de prensa de ministros.

Las ha seguido habiendo y las habrá, este viernes sin ir más lejos con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, para comunicar el cambio de fases. Pero son ya episódicas.

El propio Sánchez también ha ‘desescalado’

En varios ministerios destacan también a ECD que el propio Sánchez ha iniciado ya la desescalada. Solo ha participado en el último mes en el Comité técnico para la desescalada los lunes y los viernes, en lugar de en todas sus reuniones como llevaba haciendo desde el inicio de la crisis en el comité técnico de gestión del coronavirus, el órgano que lo precedió hasta el 28 de de abril.

Incluso, este pasado lunes ni acudió y dejó la presidencia del gabinete en manos de la vicepresidenta Carmen Calvo, tal y cómo se contó en ECD. “Sin embargo, Sánchez no renuncia a sus comparecencias eternas de los domingos”, se queja un alto cargo del Ejecutivo.

Pablo Iglesias se cargó a los “uniformados”

Algunos ministros recuerdan también ahora a ECD que Sánchez ha llegado a presentar como un conflicto militar, una “guerra”, la gestión de la crisis del coronavirus, incluso con ruedas de prensa protagonizadas por altos mandos del Ejército y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los conocidos como “uniformados”. Un tono y una escenificación que fueron criticados por el vicepresidente Pablo Iglesias.

Otro motivo de discrepancia de Iglesias con el presidente era el “lenguaje belicista” -así lo calificó- que estaba utilizando sistemáticamente Sánchez en sus primeras ruedas de prensa en La Moncloa, cuando estalló con toda su crudeza la crisis del coronavirus.

El vicepresidente segundo consideraba que recurría demasiado a conceptos como “guerra”, “combate”, “desafío”, “esta batalla la vamos a ganar”, y lo mismo en su voluntad de “movilizar” a los ciudadanos.

Criticaba que estaba “dramatizando” demasiado el problema, que utilizaba un lenguaje “apocalíptico”, que convenía rebajar, y así lo trasladó directamente al propio jefe del Ejecutivo y a sus asesores de máxima confianza.

El estilo de las conferencias informativas de Pedro Sánchez ha ido cambiando conforme pasaban las semanas, hasta el punto de que ahora se aprecia una evidente diferencia entre el estilo y tono de sus primeras intervenciones y las que protagoniza ahora, con un discurso más triunfalista.

Fuentes de Moncloa reconocieron entonces a ECD que la queja de Iglesias por el “lenguaje belicista” tuvo efecto, y que Sánchez fue rebajando el tono en las comparecencias, unido también a que la situación de la pandemia perdía dramatismo. Los “uniformados” también dejaron de aparecer en las ruedas de prensa del Gobierno.

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