Javier Fumero

Susana Díaz se va a comer el marrón

Susana Díaz y Pedro Sánchez.
Susana Díaz y Pedro Sánchez.

Susana Díaz no se toca. Ese es el mensaje que ha transmitido Ferraz a cargos del PSOE de toda confianza, que han preguntado por las consecuencias internas de la dura sentencia de los ERE.

El líder socialista no es que no coja el teléfono a Quim Torra y a Pablo Casado. Ahora tampoco coge Twitter. De forma excepcional, este jueves rompió su silencio para mandarle un mensaje de apoyo a Pau Gasol, que abandona Portland para recuperarse de una grave lesión y estar listo para los Juegos Olímpicos del próximo verano. Nada más. Eso es todo. Silencio, perfil bajo.

Sin embargo, eso no quiere decir que no haya diseñado una estrategia para asimilar los desmanes de la Junta castigados ya en sede judicial. El plan es muy claro.

José Luis Ábalos está para negar las evidencias. A él le corresponde jugar ahora en el PSOE el papel de aquel Rafael Hernando que –cuando la ocasión lo requería- se dejaba los pelos en la gatera del PP con declaraciones broncas, alucinantes o directamente inverosímiles. Tiene su mérito, todo hay que decirlo.

Pero Pedro Sánchez ha decidido señalar a Susana y responsabilizarla de esos casi 700 millones de euros desviados para comprar votos, cocaína, prostíbulos y mariscadas. Ella va a asumir el desgaste de lo que ha venido… y de lo que está por venir. Ojo con esto, porque hay hasta 146 piezas separadas de la causa principal que se falló este martes.

Hay 146 causas paralelas que se están investigando, sobre temas relacionados con el desvío de fondos públicos distintos del principal. Cada pieza tiene sus imputados, sus declaraciones, su investigación policial y los recursos de todas las partes implicadas.

Entiendo que la mayoría de estos procesos quedarán en nada. También porque alguien parece muy empeñado en entorpecer la labor de la Justicia y conseguir que prescriban. Pero basta con que diez o doce sumarios vayan adelante y se logren probar los hechos denunciados, para que tengamos un goteo de sentencias durísimas golpeando en los próximos años al PSOE.

La intención de Pedro Sánchez es que no, que el desgaste lo asuma Susana Díaz. Ella debe ejercer de pararrayos y comerse el marrón de esta cuestión que la pilló allí, en la Junta de Andalucía. Por eso la va a mantener al pie del cañón. Sólo después de esta inmolación generosa, el líder del PSOE la dejará caer para siempre.

Más en twitter: @javierfumero

 
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