Javier Fumero

La tesis del PP sobre el adelanto electoral del Gobierno

Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez

Lo de Pedro Sánchez parece un sainete. Un día dice que le salen las cuentas para agotar la legislatura y al siguiente, aparece ante los medios anunciando que no va a ser posible y no descarta un adelanto electoral para mayo. La confusión se ha contagiado a sus ministros, que tampoco se aclaran: unos afirman una cosa, mientras sus compañeros están declarando justo lo contrario. Sería cómico si no se tratara de una cuestión delicada.

Podemos ha reaccionado tocando a rebato, haciendo sonar la campana para poner en movimiento al partido. Ha convocado de urgencia el consejo ciudadano estatal, el máximo órgano entre asambleas de la plataforma, que se reúne este viernes.

Serían las terceras generales en tres años y medio. Esta opción no ha sentado nada bien a Podemos. “Nuestra fecha ideal para las elecciones es el 26 de junio de 2020”, ha dicho estos días Pablo Echenique. Y lanzó dos pullas al Gobierno de Sánchez, porque pasará a la historia “como el único que no ha sacado ni siquiera unos Presupuestos” y como “el Gobierno del PSOE que solo ha gobernado con los Presupuestos del PP”.

El Partido Popular, mientras tanto, tiene su propia interpretación sobre este último giro de los socialistas. Pablo Casado está convencido de que la intención de Pedro Sánchez es resistir en La Moncloa hasta el último minuto posible. No va a regalar ni un segundo. Todo son ventajas instalado allí, pese a la debilidad parlamentaria.

La mejor campaña electoral se prepara manejando el Boletín Oficial del Estado. Eso lo saben todos. Desde Moncloa hay más minutos de cámara que desde cualquier bancada del parlamento. Y los partidos que gobiernan arrastran el voto de manera formidable. De hecho, se suele decir que si el partido que gobierna es desalojado de Moncloa tras unas generales suele ser más por demérito propio que por méritos de la oposición.

Por eso, Pablo Casado afirma que el anuncio del PSOE de un posible ‘superdomingo’ electoral en mayo, con generales, municipales y autonómicas, es una amenaza a los independentistas catalanes. Si no pactan los presupuestos, si continúan enrocados en sus demandas imposibles, si no se avienen a negociar acuerdos en el Parlamento, habrá elecciones… en el peor momento para el PDeCAT.

Los chicos de Torra y el huido Puigdemont salen en las encuestas por los suelos en estos momentos. Quedarían sumidos en la irrelevancia total en el Congreso de los Diputados. Ya se encuentran instalados en el grupo mixto pero ahora quedarían con uno o dos diputados, como máximo, según las principales encuestas.

De ahí que en el PP se tomen este amago con cierta prevención.

Más en twitter: @javierfumero

 
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