Los vecinos del juez Llarena llegan a las manos por la guerra de pintadas

Enfrentamientos físicos y verbales entre partidarios del magistrado y los impulsores de una campaña de acoso

gracia llarena bueno
Pintada a favor de Llarena.

No es nuevo que el ambiente en Cataluña está enrarecido desde hace años y especialmente en los últimos meses, desde que se celebró el referéndum de independencia el pasado 1 de octubre.

Pero sí lo son las campañas de acoso orquestadas por los grupos más radicales, como los CDR y la nueva ANC. Tanto unos como la otra han llamado a sus simpatizantes a aumentar la presión sobre los catalanes constitucionalistas llenado las calles de lazos amarillos y las playas de cruces en memoria de los ex consellers encarcelados, a quienes llaman “presos políticos”.

Especialmente cruda está siendo la campaña contra el juez Llarena, instructor de la causa separatista. Carles Puigdemont le ha interpuesto una demanda acusándole de parcialidad, el magistrado ha escuchado gritos contra él en Barcelona; su mujer y sus hijos, que residen allí, han solicitado escolta por los escraches recibidos en su domicilio; y hace tres semanas, Llarena tuvo que levantarse de la mesa durante una cena que mantenían con unos amigos en un restaurante de Gerona después de que el local fuera cercado por independentistas que le abucheaban y amenazaban. El conseller del Interior, Miquel Buch, calificó el suceso de “libertad de expresión ciudadana”.

Antes de todo aquello, comenzaron a aparecer pintadas en la localidad gerundense de Cerdaña, donde Llarena posee una vivienda en la que pasa las vacaciones de verano y a la que no ha acudido este año por las presiones de los independentistas más radicales. Y es que dichas pintadas eran mensajes amenazantes que instaban al juez y a su familia a abandonar el municipio y Cataluña.

“Gràcies Llarena”

Pues bien. Según ha podido saber Confidencial Digital, en los últimos días, a raíz del incidente en el restaurante, se están multiplicando pintadas con otro tipo de mensajes, esta vez de apoyo al magistrado. Han aparecido en varias localidades catalanas: Bollvir, Llivia, Cerejà, Puigcerdà... y también en la propia Cerdaña.

De hecho, la tensión en este poco poblado municipio, que en invierno cuenta con apenas un centenar de habitantes, ha aumentado desde que algunos vecinos se han lanzado a enviar mensajes de apoyo al magistrado en las fachadas de algunos edificios.

Y ha aumentado hasta el punto de que el fin de semana pasado se produjo un enfrentamiento entre los partidarios del juez y sus detractores, según ha sabido ECD. Comenzó como una disputa verbal, cuando dos vecinos escupieron a una pintada que decía “Gràcies Llarena”, junto a un corazón traspasado por una flecha. Un transeúnte que se cruzaba con ellos les increpó y los tres comenzaron a discutir.

La conversación fue subiendo de tono, sucediéndose los vivas a la república catalana y a España. Los gritos atrajeron a más vecinos; unos se sumaron al enfrentamiento, mientras que otros intentaban separar a los discrepantes y calmar los ánimos.

Finalmente, uno de los que discutían dio un empujón a un adversario, quien le pegó un bofetón. Entonces, miembros de uno y otro bando los separaron, mientras instaban a finalizar la discusión para evitar que intervinieran los Mossos. Ambos grupos se disolvieron y el enfrentamiento no fue a mayores.

 

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