José Apezarena

La censura de Abascal

Santiago Abascal, presidente de Vox
Santiago Abascal, presidente de Vox

Santiago Abascal ha anunciado que a la vuelta del verano, en septiembre, presentará una moción de censura contra Pedro Sánchez. De confirmarse, sería la quinta de las materializadas desde el advenimiento de la democracia.

Suele constituir un lugar común la afirmación de que las censuras se presentan "solo cuando se pueden ganar". A ello se acogieron precisamente los dos líderes del Partido Popular que han sido presidentes del Gobierno, José María Aznar y Mariano Rajoy, cuando se encontraban en la oposición: se abstuvieron de poner en marcha ese mecanismo parlamentario porque sabían que no iban a triunfar.

Pero hay mociones que se interponen a pesar de la certeza de que no saldrán adelante, con el solo objetivo de "desgastar" el contrario. Así ocurrió con la que presentó Felipe González contra Adolfo Suárez en 1980, que fue antesala de la derrota de UCD y de la aplastante victoria del PSOE en 1982.

Más extravagantes, extemporáneas e inútiles resultaron las que protagonizaron Antonio Hernández Mancha contra Felipe González (1987), y Pablo Iglesias contra Mariano Rajoy (2017).

En el caso del líder de Podemos, se comentó entonces que lanzaba el desafío para conolidar su condición de líder político con opciones de llegar a la Moncloa.

El problema es que, a pesar de su teórica condición de profesor de política, se equivocó gravemente, porque no le sirvió de nada. Al contrario, se pasó el pleno defendiéndose de los ataques del resto de fuerzas. En fin, otro grave error estratégico suyo, de esos que poco a poco van conduciendo Podemos al despeñadero.

La única moción de censura productiva, la única que triunfó, es la que interpuso Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy, que se votó el 1 de junio de 2018 y nos ha llevado a actual panorama político, con Sánchez primero presidente provisional y después presidente de verdad tras ganar elecciones.

Teóricamente, aquella aventura tampoco iba a salir adelante, y solamente la ganó por la utilización oportunista de una sentencia (luego rectificada) y la traición del PNV a Rajoy. Esto último, una hazaña que no es la primera del nacionalismo vasco y que el partido de Urkullu se está cobrando adecuadamente.

Y ahora viene la moción de censura de Vox. En mi opinión, esta es de las que, no solamente no va a triunfar, sino que tampoco va a servir para acreditar la imagen del líder como alternativa, ni la de su partido. Vox como opción de Gobierno es un imposible.

 

Resulta evidente que la censura no saldrá adelante, y que Pablo Casado en ningún momento la apoyará. Ya lo ha dejado claro.

Alguien ha sugerido que Abascal la lanza para poner en aprietos a Casado. No lo veo muy claro. Al contrario. Hasta puede venirle bien, porque va a permitir a líder del PP desmarcarse de Vox con mayor claridad.

Y dudo también de que vaya a producir un desgaste a Pedro Sánchez. Quizá algún rasguño menor, dada la actual mayoría, que curará con unas tiritas.

Dice, por cierto, Abascal que no se va de vacaciones porque, durante el mes de agosto se propone negociar apoyos a la moción.  La pregunta es: ¿Con quién va a negociar? Primero, porque no parece que haya quien acuda a su llamada. Y segundo, porque en agosto no queda nadie.

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