Que vuelva el PP a Navarra
Tan sólo han pasado unos meses desde que fuimos llamados a las urnas para elegir a nuestros diputados. En marzo, creí entender que Unión del Pueblo Navarro (UPN) se presentaba a las elecciones generales en coalición con el Partido Pppular (PP). Digo “creí entender” porque, parece ser, que el que entendió mal fui yo, dado que, por supuesto, los partidos políticos nunca se expresan con ambigüedades.
En Navarra, aquellos ciudadanos que deseen apoyar al candidato del PP a la presidencia del Gobierno no tienen otra opción que votar a los diputados de UPN, confiando en que la voluntad de estos será la de apoyar siempre los postulados ‘populares’. Sin embargo, ahora puede ocurrir que, por intereses locales de UPN, sus diputados no sigan la disciplina del PP. Sinceramente, les hubiera agradecido que esto lo hubiesen dicho antes, porque si lo llego a saber, no hubiera votado a su partido. Si apoyara el proyecto político de Zapatero, hubiera votado al PSOE. Como no comparto su ideología de base, no lo hice, sino que me decidí por el partido que entendía que iba a votar en contra: UPN-PP.
Soy un andaluz afincado en Navarra desde hace bastantes años y reconozco que no siento especial interés por votar a un partido regionalista. Con todos mis respetos, los localismos me parecen anacrónicos. Convendría que en UPN tomaran nota de que Navarra la forman tanto los navarros de nacimiento como todos aquellos que lo somos de adopción. Estoy seguro de que muchos de los votos recibidos por UPN en las pasadas elecciones fueron motivados por su coalición con el PP. Si UPN rompiera su compromiso, quedaría un amplio espectro de electorado de centro-derecha no regionalista sin cubrir en esta comunidad.
Esperemos que no justifiquen más los apoyos al gobierno ‘socialista’ con el tren de alta velocidad. Ojalá lo construyan cuanto antes, pero que no nos pasen la factura política todos los meses. Y que tampoco lo hagan en nombre del entendimiento entre el gobierno y la oposición. Estoy de acuerdo en este punto, pero al tender la mano deberían tener cuidado de que no les cojan el brazo y sobre todo de no torcérselo a sus simpatizantes.
Y, por último, quisiera lanzar una pregunta a lo partidos políticos: ¿tan difícil es comprender que el voto no es un cheque en blanco?
