Asesinato de dos guardias civiles en Afganistán. Un instructor jefe español ya advirtió en 2009 sobre infiltrados talibanes en la policía afgana
El asesinato de dos guardias civiles en Afganistán, tiroteados por un agente de la policía afgana al que instruían, no ha cogido por sorpresa a los mandos españoles. En 2009, El Confidencial Digital publicaba el testimonio de un instructor jefe de la Policía Nacional, según el cual la infiltración de talibanes en las filas de la policía afgana era una realidad.
Los dos agentes de la Benemérita participaban esta mañana en unas pruebas de tiro de la policía nacional afgana, en la base española de Qala e Naw cuando uno de los aspirantes –un chofer - abrió fuego con su arma de instrucción.
El agresor abatió al capitán José María Galera Córdoba y al alférez Leoncio Bravo Picayo, asesinando a ambos. Posteriormente, el atacante fue abatido a tiros por fuerzas de la ISAF. Según las últimas informaciones, el agente mantenía vínculos y contactos con grupos talibanes de la zona, y la operación ‘suicida’ estaba planeada con anterioridad.
Es el primer caso de ataque por parte de un infiltrado a las fuerzas españolas desplegadas en el país asiático, pero no es una sorpresa para los mandos de la operación.
Ya en 2009, El Confidencial Digital publicó el testimonio en primera persona de un instructor jefe de la Policía Nacional que había participado en labores de formación de la policía afgana. Este agente, que realizaba el mismo trabajo que los dos guardias civiles asesinados, explicaba entonces que uno de los mayores riesgos de los militares y fuerzas de seguridad españolas es la dificultad de descubrir a posibles infiltrados entre los alumnos.
Este instructor explicaba que los talibanes y los grupos extremistas pueden estar utilizando ‘agentes dobles’. De hecho, el pasado mes de noviembre, cinco militares británicos que trabajan en labores de formación fueron tiroteados por uno de los alumnos, que posteriormente huyó. Fuentes tribales citadas por las agencias de noticias aseguraron que el atacante pertenecía a un grupo insurgente.
Estos ‘topos’, advertía el agente español, suelen ser excombatientes de los grupos tribales del norte. El problema puede surgir cuando coincidan en las filas de la policía elementos procedentes de tribus enfrentadas –vea aquí la noticia-.
