Bajan un 75 por cien los delitos de abandono de destino en las Fuerzas Armadas. La crisis disuade a los desertores temporales
El delito más habitual cometido por los militares españoles, y juzgado por la justicia militar, es el abandono de destino. En caso de que un juez estime que se ha cometido dicho delito, puede suponer su expulsión de las Fuerzas Armadas y la pérdida del empleo. Desde el inicio de la crisis, en 2008, los niveles de este delito han descendido un 75 por cien.
Según datos que ha podido conocer El Confidencial Digital de la Fiscalía General del Estado, los delitos de abandono de destino han descendido desde los 780 registrados en 2008, año de inicio de la crisis económica, hasta los 271 de 2011. En 2009, los delitos pasaron de 780 a 518, y en 2010 se registraron 457.
Pese a que no hay aún datos oficiales de 2012, fuentes del sector jurídico consultadas aseguran que es “bastante probable que éstos estén cercanos a los dos centenares, incluso sin superarlos”, lo que supondría una clara tendencia hacia el descenso.
El abandono de destino o residencia comienza a computar a los tres días de que el militar no se presente en su unidad. En caso de guerra, el periodo se establece en 24 horas. Se diferencia de una deserción ya que en ésta última hay voluntad de no volver a incorporarse de forma permanente a sus funciones en las Fuerzas Armadas.
El abandono de destino es un delito cometido por el funcionario público que sin habérsele admitido la renuncia a su destino, lo abandona. Este hecho constituye un supuesto delictivo tipificado en el artículo 119 y 120 –deserción- del Código Penal Militar, dentro de los delitos que el Capítulo III del Título VI encuadra bajo el epígrafe ‘delitos contra los deberes del presencia y prestación del servicio militar’.
El elemento material del abandono de destino o residencia lo constituye la arbitraria interrupción por el sujeto activo de la prestación a que viene obligado, poniéndose en situación de incumplimiento de los deberes que al militar impone su permanencia en las Fuerzas Armadas.
Vea a continuación un cuadro con la evolución de los delitos más comunes entre los militares:
