El accidente del C-101 precipita la búsqueda de reactores de entrenamiento para sustituirlos: el Dassault Dornier franco-alemán y el PZL-130 polaco de EADS, candidatos

El Ejército del Aire continúa analizando los restos del aparato C-101 que se estrelló hace dos semanas en Alcalá de Henares, y que costó la vida a dos pilotos. Mientras, se ha emitido una orden para que se revise exhaustivamente cada aparato antes de que salga a volar.

El C-101 Aviojet está al final de su vida operativa. Ya han pasado más de tres décadas desde que entrara en servicio y se convirtiera en el avión de entrenamiento del Ejército del Aire español, allá por 1980.

Tal y como informan mandos del Ejército del Aire, tras el último accidente el Cuartel General del Aire ha trasmitido una orden de que se revisen y analicen toda la mecánica y los sistemas electrónicos de los C-101 que actualmente continúan en servicio.

Los talleres de la Academia General del Aire ya están poniendo en marcha estas labores, y buena parte de los aparatos ya han recibido la certificación de que todo marcha correctamente. “Lo que más problemas da es el tema de los repuestos, ya que hay piezas que son complicadas de conseguir hoy en día al tratarse de un avión tan antiguo” aseguran a ECD militares del Aire.

Sin embargo, la preocupación de Defensa por la obsolescencia de estos aparatos se hace cada vez más evidente.

Buscar un sustituto

Así lo admiten fuentes del ministerio de Pedro Morenés cuando aseguran que, pese al balance económico desfavorable que domina las cuentas de Defensa, “se están estudiando todas las opciones posibles para sustituir los C-101”.

Una de las vías que se maneja es la adquisición de algunos aparatos Dassault Dornier Alphajet, de fabricación franco-alemana, o el polaco PZL-130 , por algún método tipo leasing, tal y como aseguran las mismas fuentes.

La ventaja del Dassault Dornier sobre los C-101 reside en sus dos motores, que otorgan mayor potencia y sustentación que el monomotor del Aviojet. Además, en caso de fallo de motor, el bimotor puede volar de emergencia con el restante. El PZL-130, por su parte, es un turbohélice con muchas horas de vuelo, farbicado por la filial polaca de EADS.

Esto último, el fallo del motor Garrett TFE731 que propulsa el C-101, parece la causa más probable del accidente del pasado 26 de abril. Aunque las fuentes del Aire consultadas rechazan ofrecer más datos al tratarse de una investigación aún abierta.

 

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