Reservas en la elección de los uniformes pixelados del Ejército fabricados por FECSA y estrenados en Afganistán: faltan pruebas sobre el terreno y algunos soldados ya han hecho remiendos

La Legión ha estrenado los nuevos uniformes ‘con formato digital’ fabricados por la empresa FECSA. Se los lleva a Afganistán donde van a relevar a los soldados desplegados desde octubre en el país. Hace casi dos meses que los tienen y algunos soldados han empezado ya hacer algunos ajustes, sobretodo, en los bolsillos frontales.

Desde que el Ministerio de Defensa decidió cambiar y unificar la uniformidad ha pasado ya casi un año. Y una de las pruebas finales que tuvieron que superar los modelos propuestos de uniformes ‘pixelados’ tuvo lugar en el CESEDEN (Centro de Estudios Superiores de la Defensa). El pasado 18 de enero se presentaron a miembros de los tres ejércitos, bajo la presidencia del JEMAD, general Julio Rodríguez, los modelos de uniformes y botas de las empresas que se presentaban a concurso. Finalmente fue FECSA quien consiguió el contrato.

La Fábrica Española de Confecciones, con sede central en Madrid y dos oficinas y un completo laboratorio en Beijing, China, se llevó el contrato del Ministerio de Defensa para fabricar los uniformes mimetizados tanto en su versión boscoso como árido.

La valoración que hacen militares consultados por El Confidencial Digital sobre estos nuevos uniformes es, en general, positiva. Destacan sobre todo la calidad del tejido, realizado con ‘formato digital’ y la firma infrarroja. ECD ya contó –véalo aquí- cómo esta tecnología es muy útil para no ser detectado por los sistemas de visión nocturna.

Pero también hay algunos fallos y lagunas en la elaboración de los patrones y el resultado final. Las fuentes consultadas por ECD echan de menos pruebas de estos uniformes sobre el terreno, teniendo en cuenta que se estrenan en una zona de operaciones con temperaturas extremas tanto en invierno como en verano. La prueba que han de superar es Afganistán.

También se podrían haber probado, de forma específica, en algunas unidades que, tradicionalmente, han servido para ‘testar’ nuevos proyectos como es el caso de la Academia de Infantería de Toledo, los Grupos de Operaciones Especiales de Alicante o la Brigada Paracaidista, de Alcalá de Henares.

En estos casos se han ido facilitando los nuevos uniformes con vistas a su posterior uso, pero no con un período de prueba preestablecido tal y como se ha hecho en otras ocasiones y con otros materiales.

Otras carencias que destacan algunos militares son las siguientes:

-- La colocación en oblicuo de los bolsillos frontales ya que a pesar de llevar una solapa los objetos que se introducen en ellos tienden a caerse con movimientos bruscos.

-- Se echan en falta pruebas específicas como llevar el uniforme puesto con el chaleco antifragmentos encima. En este caso es útil que los bolsillos tengan cremalleras verticales para poder acceder a ellos.

 

-- El ‘testeo’ de los uniformes debe incluir una revisión detallada de las costuras para ver su resistencia. 

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