Le han abierto 2 expedientes de expulsión

El teniente Segura acusa: “Me obligaron a bajarme los pantalones delante de personal femenino”

El militar relata en exclusiva el calvario sufrido durante su arresto de 50 días en un establecimiento penitenciario. También le impidieron asistir al funeral de un familiar

El teniente Segura.
El teniente Segura.

Era la tercera vez que el teniente Luis Gonzalo Segura pasaba por un establecimiento penal militar para cumplir pena de arresto. El militar que ha denunciado casos de corrupción en las Fuerzas Armadas salía de nuevo en libertad el pasado jueves. El Confidencial Digital ha podido conocer de primera mano el “calvario” al que se ha visto sometido durante su último internamiento.


Feliz por volver con los suyos, pero aún conmocionado por las situaciones que ha vivido en el último mes y medio que ha pasado recluido en el Establecimiento Disciplinario Militar de San Pedro, en Colmenar Viejo (Madrid). Así se muestra el teniente Segura al hablar con El Confidencial Digital.

El autor de ‘Un paso al frente’, la novela en la que se denuncian presuntas prácticas corruptas dentro de las Fuerzas Armadas, relata las “durísimas” semanas que ha pasado internado en este centro militar, donde “pasaba 22 horas al día incomunicado” denuncia.

Desde el primer día se le prohibió mantener contacto con otros internos, por lo que su única comunicación se reducía a las dos horas en las que podía recibir llamadas de familiares o de sus abogados.

“Bájate los pantalones”

Uno de sus peores recuerdos que guarda es del día en que se presentaron una serie de militares en su celda para una “inspección y registro personal”. “Me dijeron quítate la guerrera, las botas, bájate los pantalones hasta las rodillas y súbete la camiseta”. Todo ello “delante de personal femenino, que participó en el registro” indica, algo que “es humillante y va contra las normas”.

Otro día le comunicaron que debía meterse una furgoneta porque iba a ser trasladado. Una vez dentro se enteró que le llevaban hacia el hospital Gómez Ulla para realizarle pruebas “sin mi consentimiento”. Un hecho por el que ha denunciado al jefe del establecimiento disciplinario.

Tampoco se le otorgó un permiso especial para acudir al funeral de su tío, fallecido durante su estancia en Colmenar. “Pedí sólo cuatro horas fuera, pero me lo negaron” asegura.

Asegura que durante sus 50 días de esta tercera ronda de sanción le fueron negados numerosos derechos “que sí tenían otros internos”. Por ejemplo, disponer de una radio para mantenerse informado.

“Me dijeron que podría haber algo extraño dentro de la radio. En las cárceles, los terroristas tienen derecho a tener un ebook o a hacerse fotografías con sus familias, pero yo no tuve derecho a una radio”.

Según valora, “lo que buscan con esto es ejemplarizar, hacer visible para otros que quieran seguir mi ejemplo que al que denuncie corrupción lo machacan”. Asume que uno de los dos expedientes de expulsión que tiene abiertos acabará con su carrera en las Fuerzas Armadas, en vista de que “las sanciones han perdido efecto, cuando salgo vuelvo a hablar claro”, asegura con firmeza el teniente Segura.

 


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