Los trabajadores de Navantia se movilizarán tras la huelga general para pedir a Zapatero que venda sus barcos en el extranjero, como han hecho Sarkozy y Putin

La carga de trabajo de los astilleros gaditanos de Navantia no da ni para terminar 2011. Y no hay encargos a la vista. Con este panorama, 2012 será un ‘año en blanco’. Los trabajadores están preparando movilizaciones para octubre para reclamar a Zapatero un mayor compromiso con la labor comercial de la empresa pública en el extranjero, poniendo de ejemplo a Vladimir Putin y Nicolás Sarkozy.

Si no llegan nuevos encargos, los trabajadores de los astilleros de Navantia en Cádiz estarán obligados a parar la producción antes de que finalice 2011. La esperanza, de momento, es que el gobierno dé luz verde a la segunda fase del Buque de Acción Marítima (BAM), que supondría una carga suficiente como para al menos cuatro años.

El “problema”, según confiesan fuentes de la plantilla de Navantia a El Confidencial Digital, es que “o el Gobierno reacciona rápido y da luz verde a los nuevos BAM de manera inminente, o pasaremos el 2012 sin trabajo en los astilleros”. Según apuntan estas fuentes, un proyecto de esta envergadura debe pasar un “largo periodo en los despachos técnicos”, donde los ingenieros deber diseñarlo y aprobarlo.

Después comenzarán las labores de corte de chapa. En ese espacio de tiempo, la mayoría de los trabajadores del astillero estarán parados.

Para evitar que esto suceda, los empleados de Navantia están diseñando un programa de movilizaciones para octubre –tras la huelga general del 29 de septiembre- en el que reclamarán a Zapatero –además del inicio de la segunda fase BAM- que se involucre personalmente para conseguir contratos en el extranjero.

“La dirección de la empresa nos ha trasladado que Navantia no está siendo respaldada por el Gobierno” asegura a este confidencial una voz autorizada de los trabajadores. “Otros países –indican- se están moviendo, como Sarkozy en Brasil o Putin en Venezuela”.

Nicolás Sarkozy firmó en 2009 un preacuerdo con el gobierno de Lula da Silva por el que Brasil se comprometía a adquirir a Francia 36 aviones de combate ‘Rafale’. Además, también se negocia la venta de submarinos. Por su parte, Vladimir Putin firmó con Venezuela la venta de aviones, helicópteros y material militar.

“El sector de la construcción naval civil está en crisis, pero la solución para el militar son los pactos de Estado”, aseguran desde los astilleros gaditanos. “Los mismos pactos que España firmó con para que Navantia construyese las fragatas para Noruega o el Buque de Proyección Estratégica para Australia. Estos contratos suponen transferencia tecnológica, y por tanto, son ventas que firma y aprueba el Estado español”. Lo que reclaman, por tanto, es un “apoyo público, explicito y diplomático” a la labor comercial de Navantia fuera de las fronteras españolas.

 

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