Castillejo y Chaves firman la “pipa de la paz” en Cajasur tras el traslado a Madrid de Magdalena Álvarez, ahora en Fomento

Cajasur y la Junta de Andalucía acaban de firmar un protocolo que supone el cese de las “hostilidades” en la renovación de la caja andaluza. Se confirma así lo anunciado por ECD hace unas semanas: el traslado a Madrid de Magdalena Álvarez, ahora en Fomento, y a Granada del anterior Obispo de Córdoba ha desbloqueado la negociación. Este lunes se ha escenificado el anunciado fin del enfrentamiento —adelantado hace unos días por este confidencial- entre Miguel Castillejo, presidente de Cajasur, y Manuel Chaves, presidente de la Junta de la Andalucía. La Consejería de Economía y Hacienda y la entidad cordobesa han sentado las bases para un acuerdo futuro. Según fuentes conocedoras del proceso, una de las claves para el desbloqueo de las negociaciones ha sido el relevo de dos difíciles interlocutores: el anterior Obispo de Córdoba, ahora en Granada, Monseñor Francisco Javier Martínez, y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. La fuerte personalidad de estas dos personas había provocado el encastillamiento de las posturas. Ahora, el buen hacer de un compañero de Manuel Chaves en la Facultad de Derecho y catedrático de Derecho Administrativo de gran prestigio, Manuel Francisco Clavero Arévalo, ha facilitado el entendimiento entre la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta y Cajasur, en una reunión celebrada este lunes al mediodía. También han participado en este acuerdo, como protagonistas de excepción, el recién nombrado Obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, y el ex ministro de Trabajo y ahora consejero de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán. Algunos analistas consideran que, tras la firma de este protocolo, todo será más fácil en el proceso de transición de la caja. Para ello se sigue confiando en el prestigio y buen hacer del alcalde de Palma del Río, Salvador Blanco. El también llamado “Paco Vázquez del Sur” podría aunar voluntades y facilitar acuerdos de colaboración profundos y duraderos, explican las mismas fuentes, gracias a sus buenas relaciones con la iglesia cordobesa, la clase empresarial de la zona, los políticos de uno y otro lado del arco parlamentario andaluz y los trabajadores de la caja.