El Gobierno no acepta la maniobra “popular” en el Tribunal de Cuentas y reformará la ley para jubilar a Ubaldo Nieto

Monumental enfado en La Moncloa con la ruptura por parte del PP del pacto no escrito para la renovación de las instituciones. Según este acuerdo, el Gobierno debía designar este viernes un nuevo presidente para el Tribunal de Cuentas por lo que la reelección de Ubaldo Nieto ha irritado a los socialistas que ahora se proponen reformar la ley para “jubilar” al directivo.

Monumental enfado en La Moncloa con la ruptura por parte del PP del pacto no escrito para la renovación de las instituciones. Según este acuerdo, el Gobierno debía designar este viernes un nuevo presidente para el Tribunal de Cuentas por lo que la reelección de Ubaldo Nieto ha irritado a los socialistas que ahora se proponen reformar la ley para “jubilar” al directivo.

Se habla de un enfrentamiento al más alto nivel, con cajas destempladas y deseos de venganza. Todo parte de 1994, cuando Joaquín Almunia y Rodrigo Rato acuerdan que el presidente del Tribunal de Cuentas sea desde ese momento el candidato decidido por Moncloa, es decir, a propuesta del partido en el Gobierno.

Este arreglo provocó la llegada a la presidencia de la socialista Milagros García Crespo y, tres años más tarde, la del ex senador de la UCD, Ubaldo Nieto, ha propuesta del PP. En 2001, Nieto fue reelegido en el cargo y este viernes parecía llegada la hora de su relevo. Finalmente, nada de esto ha sucedido provocando el consiguiente enfado en las filas socialistas que ya ultiman su contraataque.

Concretamente, el PSOE parece dispuesto a emprender una reforma de la ley reguladora del Tribunal de Cuentas que contemplará la exigencia de que la presidencia sea elegida por una mayoría de dos tercios y que la edad de jubilación de consejeros y presidente sea de 72 años.

Esta medida supondrá un enorme perjuicio para el PP que verá salir de la institución a más de la mitad de sus miembros por superar el límite de edad. Además, el nuevo reparto de votos obligará a los “populares” a consensuar cualquier cambio con el PSOE.

Hay quien compara esta maniobra con la diseñada en 2002 por Rodrigo Rato, cuando llegó a un acuerdo con el ex conseller en cap de CiU, Artur Mas, para “jubilar”, con una disposición parecida, a Josep Vilasarau que había manifestado su disposición a perpetuarse al frente de la Caixa.

Desde la organización que lidera Mariano Rajoy se culpa al PSOE de la actual situación. Desde Génova se insiste en que han sido los socialistas los primeros en romper las hostilidades, al no llevar al Congreso de los Diputados los recientes nombramientos en la cúpula directiva de la CNMV.

Guerra abierta, por tanto, entre los dos principales partidos y fecha de caducidad para el recién elegido presidente del Tribunal de Cuentas, Ubaldo Nieto, que cobra anualmente, por cierto, la nada desdeñable cifra de 115.538,36 euros.

 

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