El Gobierno ha aparcado la privatización de empresas públicas para reducir la deuda. Cristóbal Montoro ahora sólo tiene tiempo para intentar controlar el déficit

El Gobierno de Mariano Rajoy ha paralizado el proceso de venta de empresas públicas, iniciado por el anterior Ejecutivo y que tenía como finalidad reducir la deuda. El ministro de Hacienda está absorbido por la exigencia de tratar de controlar el déficit y no puede dedicar tiempo a aquel objetivo.

La deuda antes de la crisis era del 34% del PIB, y para 2011 el Gobierno de Rodríguez Zapatero esperaba que se acercara al 70% del PIB, por lo que anunció un plan de privatizaciones que afectaba, entre otros, a AENA, Lotería Nacional, etc.

El nuevo Gobierno no ha dado hasta el momento ninguna señal al Consejo Consultivo de Privatizaciones (CCP), órgano técnico que asesora y vigila los procesos de privatización, según ha sabido El Confidencial Digital en medios próximos al alto organismo.

Montoro está muy ocupado

Ni siquiera el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que sería el ministro competente, ha tenido tiempo de ocuparse del tema ni de hablar con el Consejo.

En el CCP, que preside el catedrático de Política Económica, Cuadrado Roura, la impresión es que el Gobierno solo piensa en este momento en el déficit público y el ajuste presupuestario.

Además, según la normativa europea, los ingresos por venta de empresas no sirven para rebajar el déficit, sólo la deuda pública.

Todo indica que, sólo cuando haya metido en cintura el déficit, empezando por las autonomías, el Gobierno se planteará privatizaciones para así reducir el nivel de deuda pública.

Empresas privatizables

Hay un grupo de empresas públicas privatizables. Desde las suspendidas ventas de paquetes minoritarios de AENA y Loterías del Estado, hasta las televisiones autonómicas, pasando por las participaciones de empresas de la SEPI, Paradores Nacionales o Renfe (transporte de mercancías).

 

Hasta el momento, sólo el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha hablado vagamente de estudiar la venta de Paradores. La cuestión no es sencilla, porque muchos de ellos pierden dinero, otros son monumentos protegidos (y por tanto con muchas limitaciones), y sólo unos pocos resultan rentables. Vender la cadena entera se antoja imposible.

La sensación en el Consejo es que éste no es momento para retomar la venta de empresas públicas, también porque el mercado se muestra muy retraído y la Bolsa ha devaluado las participaciones públicas en empresas del IBEX.

“Cuando se recupere la confianza en la economía española se puede retomar el proceso”, señalan medios de Consejo. En este momento las ventas serían mal negocio, sería perder dinero.

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