Por qué el ICO está en Habitat y Reyal Urbis y no en Martinsa-Fadesa: Fernando Martín no pretendía invertir sino refinanciar su deuda

El Instituto de Crédito Oficial (ICO) se cuenta entre los prestamistas de inmobiliarias como Habitat o Reyal Urbis, pese a haber rechazado ayudar o colaborar con otra de las grandes en dificultades, Martinsa-Fadesa.

Según ha podido saber El Confidencial Digital, las diferentes respuestas que han ofrecido desde el ICO hacia algunas de las grandes inmobiliarias en apuros responden a una cuestión de plazos y no a otros criterios. Así lo aclaran desde este organismo.

Tal y como explican fuentes oficiales del instituto, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, esta entidad dispone de dos líneas de actuación claramente diferenciadas.

Por una parte actúa como mediadora, financiando a PYMES, emprendedores, universitarios o empresas que quieran exportar sus productos, por ejemplo. En este caso, las ayudas se canalizan a través de entidades financieras colaboradoras del organismo público, que son las “que asumen todos los riesgos”.

Además, el Instituto de Crédito actúa como banco de desarrollo. En estos casos, hace las veces de entidad financiera “en igualdad de condiciones con los demás”, participando en proyectos de nuevas inversiones.

Éste es el principal motivo que ha llevado a la entidad pública empresarial, que tiene consideración de Agencia Financiera del Estado, a negar a Fernando Martín la ayuda que pedía para rescatar a Martinsa Fadesa del proceso concursal.

“Lo que nos pedían en Martinsa no era para una nueva inversión, sino para refinanciarse”, atajan en el ICO al ser preguntados al respecto por este confidencial.

Hay que recordar que hace apenas dos meses, el 7 de julio, la agencia estatal denegó a Martín un crédito de 150 millones de euros, necesario para refinanciar su deuda y evitar la antigua suspensión de pagos.

Y es que, las ayudas del ICO no contemplan reestructuraciones de pasivo o refinanciaciones, circulante, IVA y otros impuestos ligados a la inversión, reiteran en estas páginas desde el organismo presidido por Aurelio Martínez Estévez. .

‘Sí’ a Reyal Urbis y Habitat

 

Harina de otro costal parecen ser los casos de otros dos gigantes de la inmobiliaria española, Reyal Urbis y Habitat.

El caso más reciente es el de la cotizada presidida por Rafael Santamaría, quien en 2006 pidió un préstamo sindicado por 41 entidades –ente las que figura el ICO- para hacerse con Urbis. A día de hoy, quedan más de 2.300 millones de euros por amortizar.

Las pérdidas de Reyal Urbis en el primer semestre de 2008 han superado los 330 millones de euros, lo que hizo saltar la alarma entre los prestamistas de la promotora, activándose las cláusulas de los créditos sindicados de 2.371 y 470 millones de euros que estipulan el vencimiento anticipado o el cambio de las condiciones de los préstamos si se incumplen determinados ratios financieros.

Aquí es donde se aprecia la diferencia, de acuerdo con voces autorizadas del Instituto de Crédito Oficial. Mientas lo que solicitaban en Martinsa era dinero para llevara cabo la refinanciación de su deuda, lo que plantean en Reyal Urbis es negociar los plazos para conseguir retrasar el pago de lo debido.

En los corrillos de este sector se dice que tanto el cumplimiento ‘a raja tabla’ de los pagos de deuda previstos en 2007 – algunos se abonaron por anticipado según apuntan fuentes cercanas a la inmobiliaria-, como la reducción del endeudamiento en los últimos meses, han logrado el apoyo de los bancos que participan en este préstamo.

Algo similar ocurrió el año pasado con Habitat, según recuerdan a ECD desde el instituto adscrito a la cartera de Pedro Solbes. La inmobiliaria catalana solicitó un préstamo en 2006 para comprar la sección inmobiliaria de Ferrovial con el mismo objetivo con que Reyal adquirió el negocio de Urbis: hacerse más grandes.

Una de las líneas de inversión financiera del ICO se destina a aumentar el tamaño de las empresas, su competitividad o su presencia externa, por lo que Habitat obtuvo el beneplácito de esta institución para su solicitud.

En noviembre de 2007 desde Habitat nos solicitaron reestructurar el préstamo que ya se le había concedido”, matizan fuentes oficiales de la entidad crediticia. Se trató por tanto de alargar los plazos de devolución, no de realizar una nueva inyección de capital.

“Negociamos como adecuar los préstamos de carencia”, recuerdan algunos de los participantes en el acuerdo. De no aceptar este tipo de reestructuraciones en los plazos, muchas de las prestatarias del ICO “no podrían devolvernos el dinero”, asumen en el propio organismo público.

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