Mensaje unánime de los cinco grandes bancos al ministro De Guindos. Fernández Ordóñez tiene que convocar ya las subastas de las tres entidades intervenidas por el Banco de España y celebrarlas a la vez
La continuidad de Miguel Ángel Fernández Ordóñez al frente del Banco de España se está convirtiendo en un suplicio, también para los banqueros. Los cinco grandes bancos están presionando a MAFO, a través del ministro Luis de Guindos, para que adjudique ya las tres cajas intervenidas por el Estado (Banco de Valencia, Catalunya Caixa y Novagalicia).
Según ha podido saber El Confidencial Digital, de fuentes financieras, representantes de los cinco grandes bancos (La Caixa, BBVA, Santander, Bankia y Popular) y el ministro de Economía se reunieron la semana pasada tras conocer que Catalunya Caixa había pedido ser subastada antes del verano, como sucederá con el Banco de Valencia.
Los bancos pidieron al Gobierno que se adelante también la puja de Novagalicia para que coincidan las tres. Y es que le transmitieron al ministro Luis de Guindos que no se puede esperar hasta después del verano. La razón es que los grandes bancos tienen prisa por cerrar la reestructuración financiera porque cada vez les cuesta más financiarse en los mercados de capitales por la nueva escalada de la prima de riesgo española.
Aunque el nuevo banco gallego dispone hasta finales de septiembre para intentar encontrar inversores, e incluso evitar la subasta, los grandes bancos trasladaron al Gobierno que ven “muy difícil” esta opción, y dejarla aislada, hasta después del verano, dificultaría y encarecería mucho más su adjudicación.
Fernández Ordóñez se resiste
El principal escollo es Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que ya casi ha perdido hasta el apoyo del ministro De Guindos, uno de los pocos con los que contaba en el seno del Gobierno del PP.
El Gobernador del Banco de España, ya de salida, es consciente de que con el Fondo de Garantía de Depósitos solo se va a poder subastar con garantías el Banco de Valencia. Pero aún faltarán dos huesos duros de roer por adjudicar, Catalunya Caixa y Novagalicia.
Y MAFO, a dos meses de salir del supervisor, no quiere seguir peleando con los bancos a estas alturas de su mandato a cuenta de quién paga la factura de la reestructuración, y prefiere que sea el nuevo responsable el que resuelva la papeleta.
Los grandes bancos, como potenciales compradores, no están dispuestos tampoco a pujar si no se cubren futuras pérdidas con dinero público y se niegan a tener que hacer mayores aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos.
