Tras la denuncia del ex presidente por “revelación de datos tributarios”

Psicosis en Hacienda: orden a los inspectores de que delaten al filtrador de Aznar

El Servicio de Auditoría Interna está interrogando a los técnicos que han consultado el expediente

José María Aznar
José María Aznar

“Caza de brujas” en la Agencia Tributaria. Así definen algunos inspectores el ambiente que están viviendo estos días, tras filtrarse la multa de Hacienda a José María Aznar. Algunos confiesan que se sienten “amenazados” por una investigación que trata de buscar al responsable.

Según ha sabido El Confidencial Digital por fuentes de la Inspección de Hacienda, Cristóbal Montoro ha ordenado una investigación interna para castigar a los culpables, si los hubiera, y para tranquilizar a los contribuyentes si se demuestra que la fuga no se produjo en este organismo dependiente del Ministerio de Hacienda.

El ministro ha tomado nota también del dardo que dejó Aznar en la denuncia ante la Fiscalia por “revelación de datos tributarios”. Hay que recordar que el ex presidente reveló que había esperado unos días a que alguien diera las explicaciones oportunas por la manipulación pública de datos fiscales relativos a su actividad. Esas declaraciones nunca llegaron.

Resulta complicado ahora “echar balones fuera”

Las medidas excepcionales de Montoro, que inspectores veteranos no recuerdan desde la filtración de la multa a la mexicana Cemex en 2013, se producen después de las fugas de información que se han ido produciendo en el último año. Han afectado a personalidades como la infanta Cristina, Rodrigo Rato o Esperanza Aguirre.

El punto de inflexión que se produce ahora con el caso de Aznar es que no resulta tan sencillo apuntar a que la filtración no se ha producido en la Agencia Tributaria, sino en las otras instancias por las que han pasado los datos del presunto fraude, como por ejemplo el Sepblac (Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención de Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias), la Fiscalía Anticorrupción.

En casos precedentes se ha recalcado que ese tipo de información de los contribuyentes ha podido ser filtrada también desde gestorías, gabinetes jurídicos e incluso oficinas bancarias.

Actuaciones del Servicio de Auditoria Interna

Según las fuentes consultadas, el Servicio de Auditoría Interna ha comenzado ya las investigaciones. Es la encargada de vigilar que se cumplen las normas dentro de la Agencia. Tributaria.

Está tratando de detectar qué funcionarios han accedido al sistema informático a consultar los datos que se han filtrado, se les interroga para saber para qué han entrado al expediente de ese contribuyente: si era un encargo de sus superiores para algún plan de inspección concreto y aprobado, qué han hecho con los datos...

Una serie de cuestiones, afirman, que acaban encaminadas finalmente hacia que los interrogados delaten al filtrador. Lo describen como una especie de “caza de brujas”.

Las dificultades para encontrar al filtrador

Sin embargo, los técnicos de Hacienda a los que ha tenido acceso ECD vaticinan que “todo va a quedar en nada”.

 

Destacan que va a resultar prácticamente imposible determinar quién ha filtrado la información, dada la cadena que hay desde que se inicia la inspección hasta que se concluye. Concluyen que “si es posible conocer cuántas personas han accedido a la información, pero “no quién la ha filtrado”.

En circunstancias normales, es decir, para cualquier contribuyente que no sea una persona relevante, quienes conocen los datos son el técnico, el jefe de la unidad y el inspector jefe de Madrid. La inspección la termina el técnico, el jefe valida el expediente y el inspector jefe de Madrid es el que confirma el acta de conformidad.

Pero en el caso de un contribuyente relevante, como es el caso del ex presidente, hay más personas, por encima del inspector jefe, que tienen conocimiento del citado expediente. Cualquier actuación a adoptar sobre esa “alta personalidad” es sometida a un criterio superior.

Las advertencias públicas de Montoro

A lo largo de la legislatura no son pocos los episodios en los que el ministro Cristóbal Montoro, ha lanzado advertencias envenenadas a sus rivales políticos o a sectores críticos. Les ha recordado de forma sibilina que tienen cuentas pendientes con Hacienda, desvelando unos datos que tienen carácter reservado, pero que a la vez demuestra que el ministro maneja esa información.

También el propio director de la Agencia Tributaria, Santiago Menéndez, llegó a admitir hace unos meses en sede parlamentaria que él conoce todo lo que se investiga en el organismo. “Yo dispongo de todos los datos y son la repera patatera”, aseguró sin realizar más precisiones.

La filtración de los datos fiscales de Juan Carlos Monedero, entonces número tres de Podemos, y la utilización política que Montoro hizo de ellos generó un profundo malestar en la Agencia Tributaria. El uso de esta información por parte del ministro se suma a otros episodios en los que ha aireado problemas tributarios de personajes como Luis Bárcenas Jordi Pujol.

En el caso de Aznar, las únicas declaraciones que Montoro ha hecho sobre el asunto se han limitado a recalcar que no puede confirmar ni desmentir supuestas inspecciones impulsadas desde Hacienda por ser un delito, pero sí dejó una frase que ha molestado al ex presidente, con quien sí confirmó haberse reunido en el ministerio.

“La ley tributaria es la misma para todos, con independencia de lo que se es, lo que se haya sido o lo que se aspire a ser”, afirmó Montoro la semana pasada.

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