La rivalidad entre Rafael Montes y Marcelino Oreja en FCC, visualizada en una foto “imposible” con Esther Koplowitz

El caso pasa de ser una simple anécdota y en el sector financiero ha creado cierta agitación. En la junta general de la constructora FCC, celebrada el pasado 21 de junio, el consejo de la compañía decidió, por vez primera, situarse entre el público, lejos de la mesa presidencial. Sin embargo, en la foto “imposible” que publicaron al día siguiente los medios, Rafael Montes aparecía en la tarima sentado junto a Esther Koplowitz. La escena tiene una explicación en clave de rivalidad.

Es efectivamente una imagen curiosa que llamó la atención de todos los que estuvieron en aquella junta pues la principal accionista de FCC no estuvo nunca sentada ese día junto al consejero delegado. La solución al enigma algunos la encuentran –también dentro de la compañía- entendiendo que la foto difundida debió haber sido tomada en otra ocasión pero distribuida entre la prensa la jornada de la junta.

El motivo de su divulgación podría estar estrechamente relacionado con el pulso que mantienen en la cúspide de la constructora sus dos principales gestores. Efectivamente, en Fomento de Construcción y Contratas se habla de manera oficiosa del deseo de reforzar al consejero delegado y ejecutivo, Rafael Montes, como el hombre de referencia de la casa, con todos los poderes y el respaldo personal de la máxima accionista, Esther Koplowitz.

Sin embargo, a nadie en FCC ha pasado inadvertida la insólita decisión del consejo (Esther Koplowitz, incluida) de ocupar, el pasado 21 de junio, la primera fila de los asientos destinados al público, lejos de la tarima. “Es la primera vez –se oyó decir a algunos afectados- que yo como accionista no tengo ante mí al consejo de mi empresa”.

En el estrado se encontraban, por tanto, en singular “soledad”, el presidente de la constructora, Marcelino Oreja, el consejero delegado y ejecutivo, Rafael Montes, y el secretario del consejo, Francisco Vicent Chuliá.

Esther Koplowitz parece dispuesta, visto lo visto, a permanecer al margen de este supuesto tira y afloja entre Montes y Marcelino Oreja, sin demostrar más cercanía a uno que a otro.