Rajoy no quería ver a Rato en ningún consejo de administración mientras siguiera imputado en el caso Bankia. Lo transmitió a César Alierta pero le dio libertad

El Gobierno no ha encajado bien el fichaje de Rodrigo Rato por Telefónica. Aunque Rajoy está convencido de su inocencia, no quería de ninguna manera verle sentado en ningún consejo hasta que se resolviera el caso Bankia. Así lo transmitió a César Alierta, en una conversación privada esta Navidad, aunque el presidente del Gobierno le dio total libertad.

Según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes del Gobierno, Mariano Rajoy sí fue informado con antelación del fichaje de Rodrigo Rato, y lo fue por parte del propio presidente de Telefónica, César Alierta. Ambos hablaron esta Navidad, durante las vacaciones del jefe del Ejecutivo en Sanxenxo.

Sin embargo, Rajoy no quiso interferir en la decisión de la multinacional y dio libertad al primer ejecutivo de Telefónica, según relatan fuentes próximas a Presidencia del Gobierno. No obstante, sí le transmitió que prefería que se esperase a resolver su imputación en Bankia.

La incorporación fue comunicada a Rajoy tan solo unas horas antes de que se diese a conocer al resto de la opinión pública, la víspera de Reyes. Ningún otro miembro del equipo económico fue avisado previamente del fichaje.

Resolver antes su imputación por Bankia

Las fuentes del Gobierno a las que ha tenido acceso ECD admiten que desde el Ejecutivo se ha estado ayudando, en los últimos meses, a lograr un ‘retiro digno’ al ex vicepresidente económico con José María Aznar y ex director del FMI. Nadie en el PP duda de su gran capacidad, y de que no se puede desperdiciar su talento, que podría contribuir mucho a alguna de las compañías punteras del Ibex.

Pero la imputación de Rodrigo Rato en el caso Bankia, a principios de julio, aconsejó al Ejecutivo frenar cualquier incorporación a una empresa privada.

De hecho, se ha conocido casualmente estos días una operación orquestada desde Moncloa para ‘colocarle’ en el consejo de Endesa, que se vio aparcada precisamente tras la providencia dictada por el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu.

Negociaciones muy discretas

Fuentes conocedoras de las conversaciones explican a ECD que las negociaciones fueron lideradas discretamente por el propio César Alierta, quien pactó directamente con Rato las condiciones de su fichaje. Y muy pocas personas más intervinieron en la operación, aunque sí ha trascendido que podría cobrar alrededor de 100.000 euros al año por sus labores de asesor en Europa y Latinoamérica.

 

Rodrigo Rato y César Alierta son viejos amigos. En 1996, cuando el PP llegó al poder, el segundo fue nombrado presidente de la pública Tabacalera, con el mandato de privatizarla. Cuatro años después, desde Moncloa facilitaron su llegada a Telefónica, en sustitución de Juan Villalonga, antiguo amigo personal de José María Aznar.

No mejora la imagen de los políticos

En el Ejecutivo no ha gustado la incorporación de Rodrigo Rato a Telefónica porque “el que haya salido sin cargos tras su declaración ante la Audiencia Nacional no quiere decir que haya acabado todo. El futuro es aún incierto”, según altos cargos del Gobierno.

Incluso, algunos ministros están mostrando en privado estos días su desacuerdo con el fichaje. Argumentan en círculos íntimos que no es precisamente la manera de contribuir a limpiar la imagen de la clase política.

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