Rosell piensa que lo tiene ganado

Reñida elección a la presidencia de CEOE: Garamendi conserva las opciones

Ha recorrido España en coche visitando patronales regionales y sobre todo asociaciones de pymes

Juan Rosell.
Juan Rosell.

Las elecciones a la presidencia de CEOE, que se celebrarán el miércoles, día 17 se presentan mas reñidas de lo que inicialmente se pensaba, a tenor de los recuentos que hacen las dos candidaturas.

Aunque Rosell cree que lo tiene ganado, sin embargo Garamendi mantiene las opciones.

Las dos candidaturas han resumido, para El Confidencial Digital, cómo ven las posibilidades de sus respectivos candidatos.

Recorrer España en coche

El aspirante, Antonio Garamendi, presidente de Cepyme, se ha pateado España en busca del voto y tendría un voto comprometido que le daría opciones de victoria, algo que hace un mes era altamente improbable.

En este momento, la mitad de las regiones y la mayoría de las sectoriales de pymes le habrían garantizado el voto, según sus asesores de campaña. Con esas cuentas, según su candidatura, podría ganar con 370 o 375 votos, de un total de 768 votos posibles, que, descontada abstención y nulos, podrían quedarse en 650 votos reales en urna, ya que tradicionalmente hay una abstención y voto nulo del 12 a 15%.

Garamendi tendría asegurados los votos de País Vasco, Galicia, Castilla-La Mancha, Castilla León, Andalucía, Rioja y Cantabria, y de las tres grandes sectoriales que le han apoyado desde el inicio su candidatura: Construcción, Metal y AMETIC ( Teleco y tecnologías de la información).

Garamendi se anotaría también el voto mayoritario de Valencia, Canarias y Aragón. Las sectoriales de pymes de toda España le apoyarían mayoritariamente, aunque en ellas hay una dispersión de votos muy grande ya que cuentan con pocos votos individualmente.

Los padrinos de Rosell

Rosell, por su parte, hace un recuento a su favor del mismo orden, con victoria estimada en torno a 400 votos. Cree que “técnicamente” tiene asegurada la reelección con el voto “catalán”, seis regiones y cinco grandes sectoriales.

Sus votos vendrían sobre todo de Madrid, Cataluña, Aragón, Extremadura, Murcia, Baleares y Navarra. Valencia y Canarias tendrían el voto repartido entre Rosell y Garamendi.

Rosell cuenta con la influencia y capacidad de arrastre de dos de sus grandes padrinos electorales, como son La Caixa y Telefónica, sobre sectores como las constructoras (Seopan) banca, las eléctricas, los seguros y el transporte.

 

Un voto libre

Este aparente “poderío” de Rosell lo pone en cuestión la candidatura de Garamendi, ya que los vocales electores “no responden ante nadie de lo que hacen ante las urnas. Nadie les fiscaliza, y pueden cambiar el voto al margen de lo que decida su organización”.

Las dos candidaturas creen que por vez primera hay una elección disputada. En tiempo de Cuevas no existían verdaderas elecciones, sino aclamaciones, y solo en el año 2010 compitieron Joan Rosell, Jesús Banegas (Ametic) y Santiago Herreros (Andalucía), que al final quedó en un duelo Rosell-Herreros porque Banegas se integró en la lista de Herreros. El catalán ganó por amplia mayoría, que solo se decantó muy al final de la campaña.

Según fuentes empresariales, en estas elecciones no sirven las referencias anteriores. Aquí ha aparecido un candidato nuevo, que en principio parte sin enemigos, mientras que Rosell los tiene tras sus cuatro años de mandato.

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