La integración tecnológica y de tarjetas avanza a buen ritmo

El Santander no encuentra en el Popular empleados ‘prejubilables’

Ana Botín prescindió el año pasado de 1.400 trabajadores mayores de 55 años; Ángel Ron, de 2.600

José Antonio Álvarez, vicepresidente, y Ana Botín, presidenta del Banco Santander.
José Antonio Álvarez, vicepresidente, y Ana Botín, presidenta del Banco Santander.

El Santander se atasca con los despidos del Popular. El reto es reducir una plantilla integrada por unos 23.000 empleados de la primera y otros 10.600 de la segunda. Pero es que el ajuste se produce, además, después de la reciente salida de 1.400 trabajadores del banco con sede en Boadilla y otros 2.600 de la entidad adquirida. Apenas hay empleados mayores de 55 años.

Una de las grandes incógnitas tras la compra ejecutada por el Santander es qué ocurrirá con los más de 10.000 empleados del Banco Popular. Los despidos están prácticamente confirmados en los servicios centrales. También en la red de sucursales. Pero falta por concretar cuántos, quiénes y cómo se llevarán a cabo.

1.400 salidas del Santander el año pasado

Al margen de la fusión, tanto Popular como Santander vienen de sendos expedientes de regulación de empleo. En efecto, el banco que preside Ana Botín prescindió el año pasado de 1.380 empleados, de los que 1.000 correspondían a la red y el resto, al centro corporativo.

El ajuste fue mayor en términos de oficinas, un 10% del total de las que hay en España y sucursales pequeñas, que en plantilla, de un 5%.

Las prejubilaciones afectaron a un total de 600 profesionales con edades comprendidas entre 55 y 63 años, y recibieron el 75% del salario, cuando en un principio se pensaba aplicar el 70% de éste.

En cuanto al plan de bajas incentivadas, se pactaron unas condiciones de 40 días por año trabajado con un máximo de 24 meses y se añadió una prima que iría entre los 4.000 y los 30.000 euros en función de la antigüedad de los empleados.

Además, el Santander ya había llevado a cabo un proceso de reestructuración en 2013, a raíz de la integración de Banesto. En aquel momento, cerró 700 oficinas en España y prescindió de unos 3.000 empleados, el 10% de la plantilla en el país.

Y un ERE de 2.600 empleados en el Popular

No obstante, hay trabajadores del Popular que han recibido con alivio pasar a depender del Banco Santander.  

Las condiciones del último ERE que dejó fuera también de la entidad adquirida a 2.600 empleados, aplicado en la última etapa del mandato de Ángel Ron, se consideraron mucho peores que las de otros bancos. Así las cosas, estar ahora bajo el paraguas de la entidad cántabra se ha recibido por algunos hasta como una buena noticia.

En el Santander matizan que no hay establecidos plazos concretos para la ejecución del ajuste.

 

Añaden que las reuniones entre los equipos paralelos de ambas entidades ya se están desarrollando desde hace dos semanas, pero resulta complicado fijar una fecha definitiva. La  integración irá dependiendo de las distintas unidades (plataforma tecnológica, tarjetas...) que, precisamente en estos casos concretos, avanzan a mayor ritmo que el ajuste de plantilla y de sucursales.

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