Psicosis en el sector

Los grandes del automóvil se citan con Industria para que no se filtre la investigación sobre emisiones

No están dispuestos a que su imagen se vea dañada por sospechas infundadas de fraude. Renault cayó un 20% en Bolsa en unas horas

José Manuel Soria, ministro de Industria.
José Manuel Soria, ministro de Industria.

Los fabricantes de coches no se libran de las sospechas desde el estallido del escándalo en Volkswagen hace cuatro meses. Tras el descubrimiento del ‘dieselgate’, sobre el sector del automóvil ha recaído la sospecha de que otras compañías podrían haber incurrido en unas prácticas similares.

La excesiva sensibilidad a cualquier suposición o rumor tras el caso Wolkswagen se convierte en nerviosismo primero y pánico después en los despachos del sector del automóvil. El último perjudicado fue Renault el pasado jueves.

La sombra de la sospecha generada por Volkswagen se proyectó sobre Renault y siembra más dudas en el resto de las compañías. Las acciones de la firma francesa cerraron con un descenso del 10% en Bolsa por las sospechas de que podría haber incurrido en un fraude en las emisiones de sus coches similar al destapado en la alemana Volkswagen. El castigo final fue muy inferior al que sufrió durante la jornada, puesto que en un primer momento sus acciones llegaron a hundirse hasta un 22%.

La caída de sus títulos se produjo después de que AFP informara de que la policía francesa anti-fraude había registrado varios centros y analizado el contenido de los ordenadores de varios directivos en el marco de una investigación por el posible fraude en las emisiones de gases de sus vehículos.

La psicosis se ha instalado, por tanto, entre los grandes fabricantes de automóviles. Los mecanismos de vigilancia de mercado que las autoridades mantienen abiertos, en caso de España por parte del Ministerio de Industria, les mantienen en máxima alerta. Las sospechas infundadas de fraude les sobrevuelan, pudiéndoles ocasionar graves pérdidas.

En el sector explican que las investigaciones que se están realizando en lo que respecta a las emisiones en un escenario de conducción real difieren luego de la homologación real, es decir, de las condiciones de laboratorio. Unas diferencias que los expertos consideran habituales, pero trasladadas a la opinión pública acaban convertidas en una mancha peligrosa sobre todas las marcas.

Exigen prudencia a Industria

Según ha sabido El Confidencial Digital por fuentes del sector, el mensaje transmitido a altos cargos de Industria contactados por ejecutivos de las compañías automovilísticas con plantas en España es que, una cosa es investigar y sancionar conductas que implican un engaño consciente, y otra es dar por sentado, sin pruebas, que todas las marcas están implicadas en una especie de conjura contra las leyes ambientales y el cliente.

Han pedido prudencia en el tratamiento de rumores, inferencias y sobreentendidos. Extender gratuitamente las sospechas en un momento tan delicado no beneficia a nadie, han insistido.

 

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